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Dom, Jun

Cáncer de Riñón: la importancia de su detección temprana

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Su objetivo es sensibilizar y concientizar acerca de esta patología que afecta a millones de personas en el mundo. De acuerdo a las proyecciones efectuadas por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), para el año 2030 se incrementará en un 32% el diagnóstico de personas con este tipo de cáncer, debido al envejecimiento de la población y la modificación de hábitos que incrementan el riesgo de padecerlo. La Dra. Cecilia Vitale (MP 38209 // MN 72297), nefróloga de DIM Centros de Salud nos asesora sobre la prevención, el cuidado y la importancia de una nutrición saludable.

 

 Los riñones son un órgano de regulación del equilibrio interno. Mediante la filtración de la sangre, eliminan las sustancias de desecho y recuperan aquellas que son necesarias.

Cumplen las siguientes funciones: filtran la sangre y extraen las sustancias tóxicas del organismo, a través de la orina se eliminan los elementos nocivos, así como el agua y las sales minerales en exceso; mantienen el equilibrio interno de forma constante, lo que permite el correcto funcionamiento de todas las células del cuerpo; fabrican sustancias que actúan como hormonas que estimulan la producción de glóbulos rojos; regulan la presión arterial y mineralizan el esqueleto.

El cáncer de riñón es un tipo de tumor que se origina por la multiplicación sin control de las células del riñón.

Se trata de una enfermedad silenciosa, poco visible y que no presenta síntomas en las etapas iniciales. Es por eso que entre un 20% y un 30% de los casos se diagnostican cuando la enfermedad se encuentra en etapas avanzadas.

Se caracteriza por síntomas como la aparición de sangre en la orina, dolor en un lado de la espalda baja, cansancio generalizado, pérdida de apetito y fiebre entre otros.

La enfermedad renal crónica es una condición de salud caracterizada por la pérdida gradual de la función de los riñones con el tiempo. Se puede prevenir y la progresión se puede retrasar con la detención y el tratamiento temprano. Es importante saber que, si se tiene antecedentes familiares de una enfermedad o insuficiencia renal, es vital acudir al médico especialista para realizar las pruebas correspondientes.

Otras de las grandes ventajas de detectar una enfermedad renal a tiempo, es que se puede controlar a través de una simple dieta renal. ¿Qué es esto?, pues muy sencillo, se trata de un régimen alimenticio donde se modera al máximo la sal y la grasa, además de otros alimentos y bebidas que pueden afectar negativamente a los riñones. En líneas generales la persona deberá comer menos proteínas, muchas más frutas y verduras. Además de reducir los lácteos.

Recomendaciones para la prevención:

-Controlar la presión arterial y los niveles de azúcar en sangre.

-Evitar el exceso de sal y consumir abundante agua.

-Adoptar un estilo de vida saludable, con la práctica de ejercicio regular y una dieta equilibrada.

-Evitar el tabaco y el cigarrillo.

-No automedicarse, es preferible ver a un especialista para el tratamiento adecuado.

-Es importante revisar la función renal si se sufre de diabetes, hipertensión arterial, obesidad y antecedentes de familiares con enfermedades similares.

-Detectar y tratar las infecciones que afectan directamente a las vías urinarias y todas aquellas que secundariamente pueden afectar a los riñones.

-Realizar un control médico estricto en el caso de sufrir gota o cólicos nefríticos frecuentes (piedras en el riñón).

-No abusar de los analgésicos y de los antiinflamatorios.

-Evitar las situaciones de riesgo que pueden conducir a infecciones víricas como la hepatitis y el sida.

La hipertensión arterial y la diabetes son las dos causas más comunes para desarrollar enfermedades renales como cálculo (piedra en los riñones), cáncer de riñón, insuficiencia renal, nefropatía diabética, deterioro de los vasos sanguíneos de los riñones, glomerulonefritis (inflamación de los riñones), poliquísticos (quistes) y traumatismo renal.

También hay otros problemas de salud que afectan al funcionamiento del riñón, por ejemplo: enfermedades inmunológicas; alteraciones de las arterias del riñón; infecciones; abuso de analgésicos; obstrucción de las vías urinarias o procesos hereditarios; efectos de nacimiento (anomalías congénitas) de los riñones. Por lo que empeora lentamente durante meses o años.

La pérdida de la función puede ser tan lenta que la persona no presentará síntomas hasta que los riñones casi hayan dejado de trabajar. En la etapa final, los riñones ya no tienen la capacidad de eliminar suficientes desechos y el exceso de líquido del cuerpo. En ese momento, se necesitará diálisis o un trasplante de riñón.

Tratamientos:

Hemodiálisis: Cumple la función de los riñones cuando dejan de funcionar bien. Durante el tratamiento, la sangre pasa a través de una tubuladura hasta un riñón artificial o filtro. A medida que la sangre pasa a través de una parte del filtro, un líquido especial en la otra parte extrae los residuos de la sangre. Luego regresa al cuerpo a través de una tubuladura. El médico creará un acceso donde se conecta la tubería. Por lo regular, un acceso estará en un vaso sanguíneo en el brazo.

Diálisis peritoneal: Es un tratamiento para la insuficiencia renal que utiliza el revestimiento llamado peritoneo del abdomen o vientre del paciente para filtrar la sangre dentro del organismo. La diálisis no es una cura para la insuficiencia renal, pero puede ayudar a que el paciente se sienta mejor y viva más tiempo.

Trasplante renal: Es una operación para colocar un riñón sano en el cuerpo. El riñón trasplantado asume la función de los riñones deficientes y no se necesitará más tratamiento con diálisis.