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Mié, Abr

Menopausia: Cerrar la fábrica y abrir el parque de diversiones

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La cesación de los ciclos menstruales es una etapa de la vida en que las mujeres debemos estar atentas por los cambios que nos va a ocasionar en nuestro cuerpo. Lo más notorio va a verse en la panza debido a que allí se acumula toda la grasa que antes teníamos en caderas y muslos, y también por lo que comemos. A su vez, con el paso del tiempo dejamos de tener secreción de flujo vaginal, cosa que puede traernos problemas de varios tipos.

 

Estos dos cambios importantes en nuestro cuerpo se van incrementando desde la fecha en que nos entregan  el título de mujer menopáusica.

 

La palabra menopausia quiere decir pausa de las mensualidades, porque viene del griego meno= mes, pausia= pausa. Es un título que tiene mala prensa pero, con visión positiva, tenemos que pensar que lo que no mata fortalece y, todo tiene su lado bueno, no tener reglas en muchos aspectos genera libertad.

 

Los problemas de la mujer menopáusica hoy se pueden solucionar con tratamientos que deben ser totalmente personalizados, por los múltiples antecedentes familiares y personales. Si seguimos un tratamiento serio, individualizado y consecuente, la grasa puede volver a reubicarse, el ánimo mejorará y la sexualidad se podrá reconstruir, si es que se perdió.

 

Otras de las ventajas de este período es que ya no se tiene miedo al embarazo. Un hombre inteligente que supo mimetizarse con la mente de una mujer en esta etapa, dijo una frase brillante: “podés cerrar la fábrica y abrir el parque de diversiones”.

 

Nuestro aparato y eje psicofísico ovárico está formado por la hipófisis, el hipotálamo, los ovarios y el útero. A lo largo de la vida, las mujeres somos cíclicas y tenemos dos fases por mes, desde la primera menstruación, la fase secretoria y la fase proliferativa, dependiendo de los niveles, de estrógenos, progesterona. La fase proliferativa prepara el útero para recibir el embrión y la fase secretoria prepara el alimento que lo nutrirá los primeros días de anidación, si queda embarazada.

 

Pero llega un día en que el ovario empieza a declinar y comenzamos el climaterio, alrededor de los 45 años promedio. Aún menstruamos pero ya  hay cambios. En este periodo disminuye la progesterona y empezamos a tener alteraciones del humor, porque dicha hormona gobierna el sistema serotoninérgico, es decir, va reduciéndose la serotonina y por lo tanto tenemos depresiones, ansiedad, insomnio, intolerancia y compulsión por los hidratos de carbono.

 

Puede ser que ya nos comiencen a despertar los calores y nos levantemos a la madrugada totalmente empapadas. Además la luz inactiva la melatonina, que es la hormona del sueño, más razones para salir de la cama e ir a la cocina, allí están los dulces que deseamos más que antes,  y comienza el aumento de peso.

 

A su vez, durante esta etapa el colesterol toma otra dirección y forma la hormona de estrés por excelencia, que es el cortisol. Por esta razón cada vez que una mujer padece de estrés crónico, es decir, por más de tres meses, sufre una situación de ansiedad, insomnio e irritabilidad, a su vez tendrá disminución de la libido sexual y alteraciones del ciclo menstrual, aún sin llegar a la menopausia.

 

La actividad del estradiol determina el pico ovulatorio al día 14 pero los ciclos se están acortando y, se tiene riesgo de quedar embarazada igual porque aún se ovula.

 

Para que entendamos, la menopausia es un gran cambio de nuestra vida y nuestra mente, más fuerte que la adolescencia, porque es una barranca para abajo.

 

Pero hoy, a diferencia de la época de nuestras abuelas, tenemos la ayuda de la medicina para atravesar felizmente el atajo de la menopausia hacia una vejez libre, feliz y muy bien vivida.