Hace poco leí un artículo sobre la maternidad y en el texto decía algo así como que “el cuerpo de la mujer pide hijos”.
Aunque estaba escrito con el mayor de los respetos y una mirada maravillada frente al milagro de la procreación (la cual comparto); no pude evitar sentirlo como una opinión reduccionista, netamente biologicista, de las que no aportan a la diversidad que se plantea en estos tiempos.
En estos temas, como todavía en tantos otros, circulan conceptos muy arraigados en nuestra cultura que generan sufrimiento o sensación de desadaptación cada vez a más personas que han desarrollado otro punto de vista, o evalúan otras opciones tan válidas para su vida como que la mujer PUEDE ser madre.
Creo que es importante tener en cuenta que, la mayoría de las veces, la mirada que enjuicia la diferencia o no la contempla, no es más que la imposibilidad de expandir la conciencia y alma. Sentimos al otro como amenaza cuando su apuesta difiere a la nuestra, a la esperable, es superadora o simplemente trasciende todos los sentidos que circulan como “apropiados” o “correctos”; aún cuando los mismos sean absolutamente adaptativos y generen felicidad.
La idea de la maternidad sigue tan incrustada como función, misión, valor y madurez de la mujer, que muchas de ellas no pueden relativizarla; y buscan tener hijos, incluso, a pesar de sus propios deseos de no tenerlos. Creen que DEBEN ser madres como si esa función biológica supone “enfermedad” sino se activa.
Algunas mujeres piden hijos reales, porque de todos modos ya son madres simbólicas de todos los proyectos en los que participa. En cualquiera de sus roles, a las mujeres se les pide (“o se le espera”) que despliegue cualidades maternales para ayudar a que la cosa funcione. (Pareja, trabajo, etc.).
Otras necesitan tenerlos por todo lo anterior y/o para "mal compensar" carencias personales.
Hay que ser mujer para ser madre, pero NO HAY QUE SER MADRE PARA SER MUJER.
Se requiere una evolución personal para asimilar esto y poder elegir; pero también una evolución social al respecto que acompañe ese proceso y no lo obstaculice con sentidos instituidos que parecen verdades absolutas a las cuales HAY que responder.
La maternidad, la cualidad maternal en sentido amplio - no sólo la biológica - es una elección de vida y no un lugar donde necesariamente debe ubicarse la mujer y a la mujer.
Para esto hay que ser responsables con lo que significa dar vida. Hombres, mujeres y la sociedad toda deben madurar en este mismo sentido y en otros en los que se verán interpelados, por efecto colateral.