Cuidados del recién nacido: Segunda parte

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Ictericia
Durante la primer semana de vida la piel y la esclerótica (parte blanca del ojo) de tu bebé pueden tornarse amarillos.

En los comienzos, el hígado de tu bebé no está listo para soportar el aumento de la bilirrubina, sustancia que se genera al producirse la ruptura de los glóbulos rojos. En la mayoría de estos casos esta condición desaparecerá gradualmente luego del cuarto o quinto día de vida. Sin embargo, en casos más severos se lo deberá tratar. A medida que se normalice el funcionamiento del hígado se desvanecerá esa tonalidad de su piel y de sus ojos.

Cordón umbilical

Veinticuatro horas después del nacimiento se le quitará el broche que se le colocó en el cordón al nacer. Usualmente, el cordón se caerá de una a dos y hasta tres semanas después del parto y hasta entonces no hay que bañarlo.

Lo importante es mantener el pañal por debajo del cordón para permitir que se seque con el contacto con el aire, y aplicar alcohol en la parte más cercana a la piel, utilizando una gasa.

Si la zona se torna colorada, dura o si tiene alguna secreción o mal olor, puede tratarse de una infección por lo que deberás consultar a tu médico que te indicará el tratamiento a seguir.

Aumento de peso y crecimiento

Todos los bebés pierden peso en los primeros tres o cuatro días y luego comienzan a aumentar. Como regla general, los bebés duplican su peso a los cinco meses y lo triplican al año.

Su crecimiento, aproximado es de 25 cm en el primer año.

Pene y vagina

Al higienizar su pene no intentes tirar del prepucio (la piel que cubre el glande), puesto que generalmente está adherido (si tu bebé no está circuncidado) y se puede desgarrar. Por lo tanto al higienizarlo, sólo hacelo en forma exterior.

En el caso de las nenas, usá una tela limpia y suave, agua tibia y jabón neutro para remover cuidadosamente los restos de las deposiciones que pudieran quedar entre los labios de la vagina. Siempre higienizá esta zona de adelante hacia atrás para evitar que los gérmenes del recto lleguen a la vagina.

Ojos
No es necesario seguir ningún procedimiento especial para la higiene de sus ojos siempre que la esclerótica (parte blanca del ojo) esté blanca.

Para higienizar la zona usá sólo agua tibia y una tela limpia o un poco de algodón, desplazándolo desde la parte más cercana a la nariz hacia afuera.

Si la parte blanca se torna colorada o amarillenta contactá a tu médico.

Estornudos
Los bebés recién nacidos suelen estornudar sin razón aparente. Con frecuencia estornudan al exponerlos de repente a la luz. Cuando lo hacen, despejan los orificios nasales de sustancias no deseadas.

Si tu bebé está congestionado y tiene tos o está inapetente, consultá a tu médico.

Llanto
Los bebés lloran más a partir del segundo o tercer día de vida, puesto que en los comienzos está más somnoliento y menos hambriento.

Pero tu bebé no siempre llorará por hambre. Pensá que durante nueve meses estuvo contenido dentro tuyo, la temperatura a la que estaba expuesto era la correcta, al igual que la cantidad de alimento, la luz o mejor dicho la falta de luz, junto con los sonidos y el movimiento que le proporcionaban el medio ideal.

Ahora tu bebé está en el mundo exterior y es probable que por momentos se sienta solo y desprotegido. Es por eso que a veces llorará para llamarte y tenerte cerca. Simplemente necesita sentir tu calor y tu olor.

No temas malcriar a tu bebé al responder de inmediato a su llanto; de esta manera crearás un vínculo basado en la comprensión y ayudarás a que se sienta seguro de sí mismo.

No te desanimes si los comienzos son difíciles; de a poco aprenderás a reconocer los distintos llantos de tu bebé.