La imagen que tenemos de nosotras mismas, esa que nos devuelve el espejo, no siempre se condice con lo que los demás ven, esa sensación tiene que ver con nuestra autoestima. Superación, autoayuda, seguridad, son sólo alguna de las palabras que surgen al abordar el tema.
La autoestima es un conjunto de percepciones, pensamientos, evaluaciones, sentimientos y tendencias de comportamiento dirigidas hacia nosotras mismas, hacia nuestra manera de ser, de comportarnos, hacia nuestro cuerpo y carácter. Puede afectar nuestra manera de estar y actuar en el mundo y de relacionarnos con los demás.
Nada en nuestra forma de pensar, sentir, decidir y actuar escapa a la influencia de la autoestima.
Abraham Maslow (principal exponente de la psicología humanista), en su jerarquía de las necesidades humanas, describe la necesidad de aprecio, que se divide en dos aspectos, el que se tiene uno mismo (amor propio, confianza, pericia, suficiencia,), y el respeto y estimación que se recibe de otras personas (reconocimiento, aceptación). La expresión de aprecio más sana según Maslow es la que se manifiesta «en el respeto que le merecemos a otros, más que el renombre, la celebridad y la adulación».
Carl Rogers, en la misma rama, expuso que la raíz de los problemas de muchas mujeres es que se desprecian y se consideran seres sin valor e indignas de ser amadas; de ahí la importancia que le concedía a la aceptación del propio ser.
Todas tenemos una imagen mental de quiénes somos, una autoestima, esto es, qué aspecto tenemos, en qué somos buenas y cuáles son nuestros puntos débiles. Nos formamos esa imagen a lo largo de nuestra vida, empezando en la infancia.
Gran parte de dicha imagen se basa en las interacciones con otras personas y las experiencias vitales, por ello, contribuye a nuestra autoestima.
Muchas veces a pesar de tener todos los medios para vernos bien, la sensación de vacío nos invade, como si nuestra imagen estuviera mal, aunque, esta impresión corresponde más al adentro, que al afuera.
Por lo que trabajar nuestra imagen es un desafío diario para aceptarnos y ser aceptadas en el medio que nos movemos. Querernos nos dará la impronta para vernos y sentirnos bien, y la fuerza para enfrentar desafíos aún mayores. Así lograremos el equilibrio justo.
Si tenés ganas de cambiar tu look o tenés inquietudes acerca de la imagen y la moda, no dudes en consultarme. A través de este canal podremos responderlas mes a mes.