Tal vez te agachaste para levantar a un niño o hiciste algo tan ligero como leer un libro y sentiste dolor. ¿No te ocurrió al tender las sábanas sentir pequeños pinchazos? ¿O al cambiar de estar sentada a pararte sentir que las piernas se te aflojaron? ¿Alguna vez tuviste dolor de espalda después de conducir por un período prolongado de tiempo?
El dolor de espalda es un síntoma muy común. Muchos esfuerzos cotidianos pueden desencadenar dolor de espalda y si no se consulta y se espera que el dolor desaparezca, lo que se logra es que se empeore el malestar.
Es fácil saber cómo te lesionaste la espalda si levantás objetos pesados, o trabajás largas horas de pie o girando regularmente la espalda. Sin embargo, las causas más comunes son las actividades cotidianas que llevamos a cabo. A pesar de no sentir dolor, causan traumas pequeños a nuestra columna vertebral; es decir, provocan pequeñas irritaciones que, durante un largo período de tiempo, terminan por producir cambios significativos en la estructura de nuestra columna vertebral, y en algunos casos, un dolor importante.
Una de las formas más comunes de tratar el dolor de espalda es fingir que no existe y creer que se irá solo. Desgraciadamente, esto no es así: ignorar el dolor con el paso del tiempo sólo lo empeorará. Lo que era sólo un dolor moderado hace un año o un mes, puede llegar a ser crónico. La verdadera causa del dolor que sentís ahora puede tener su origen hace años y lentamente, como continuaste haciendo una vida, aparentemente, normal, esa vieja herida fue silenciosamente empeorando sin que te hayas dado cuenta, hasta llegar a ser realmente dolorosa e insoportable.
Junto con la ignorancia del dolor, están los tradicionales medicamentos analgésicos, anti-inflamatorios e incluso la cirugía, que en muchos casos producen sólo un alivio temporal, sin corregir la verdadera causa de su problema, lo que explica por qué continuás sufriendo.
Cuando investigamos un poco sobre los signos y síntomas que genera un dolor de espalda baja, puede sorprender al paciente que varios de los padecimientos que sufre tienen su origen en este dolor lumbar. Así es que dolores propios del período en las mujeres generan dolores bajos, problemas lumbares, intestinales y renales. Claro está que las causas y orígenes de este tipo de dolencia puede ser variada.
No obstante coincide que la calidad de vida se deterioró, el descanso no es bueno y el factor recuperador que el sueño genera no se suele llevar a cabo.
Paulatinamente iremos creciendo en nuestras disfunciones, tanto físicas como orgánicas, para así llegar a una disfunción estresante en donde el factor mental también se verá afectado; es que si los enfoques aplicados para solucionar el padecimiento nos dan resultados, realmente se torna angustiante, así es entonces que un dolor lumbar tendrá causas físicas como mentales.
No nos podemos acostumbrar a un dolor crónico, no lo podemos padecer para siempre.
Una alternativa puede ser la búsqueda de un enfoque natural para esta condición, corregir la compresión sobre el nervio que genera dolor. Esto podrá ser efectivo con el cuidado quiropráctico.