20
Sáb, Abr

Cáncer de mama: señales de alerta

Typography

La prevención y la realización de controles periódicos son vitales para que el cáncer de mama no se convierta en una amenaza. Con una detección temprana, mediante la realización de autoexámenes mamarios y chequeos médicos periódicos, las probabilidades de superarlo son mayores.

El cáncer surge cuando las células del cuerpo se alteran y se reproducen de forma anormal y sin control. En el caso del cáncer de mama estas células se multiplican dentro de los senos y forman pequeñas protuberancias, que pueden ser tumores benignos o fibroadenomas, que no ponen en riesgo la vida, o tumores malignos o cancerosos, que pueden ser una amenaza y además, pueden esparcirse a otros tejidos u órganos.

Existen diversos factores de riesgo que pueden desencadenar esta enfermedad, algunos son inmodificables como los antecedentes genéticos, la edad y un sistema inmunológico afectado. Otros son modificables, entre los que se destacan el tabaquismo, el sobrepeso, no amamantar, el uso de anticonceptivos orales y las terapias de reemplazo hormonal.

Cabe destacar que no sólo las mujeres pueden contraer esta enfermedad, tampoco los hombres están exentos, aunque en menor medida. 

Señales de alerta

- Dolor en un seno (fuera del período menstrual)

-  Los pezones segregan líquido sanguinolento.

-  Engrosamiento en la mama, cerca de ella o debajo del brazo.

-  Cambio en el tamaño o la forma de la mama.

-  Piel escamada, roja o hinchada en la mama, el pezón o la aréola. 

-  Pezón que se vuelve hacia adentro de la mama.

-  Huecos en la mama parecidos a la piel de la naranja.

La prevención debe incluir controles ginecológicos periódicos y la realización de exámenes (mamografías y ecografías mamarias) dos veces por año. Estos exámenes, no invasivos, abarcan la exploración de las mamas y los ganglios que se encuentran en la axila, debajo y sobre la clavícula y en el cuello.

¿Cómo hacerse un autoexamen?

Es necesario que cada mujer aprenda a autoexaminarse y lo realice de forma rutinaria, una vez al mes. Es recomendable realizarlo una o dos semanas después del período menstrual para evitar que los senos estén hinchados.

Existen tres posiciones básicas para realizar un examen completo de los senos:

Acostada:
1. Recostarse con una almohada o una toalla doblada bajo el hombro derecho.

2. Doblar el brazo derecho y colocarlo bajo la cabeza.

3. Con la mano izquierda, palpar el seno derecho, utilizando las yemas de tres dedos (el índice, medio y anular) para detectar abultamientos o masas.

4. Ir cambiando los dedos de lugar de arriba hacia abajo.

5. Presionar cada área del seno haciendo pequeños movimientos circulares y ejerciendo tres tipos de presión: la más ligera y suave para analizar el tejido más cerca de la piel. Una presión mediana, servirá para revisar la parte intermedia del tejido. La más intensa llegará hasta el nivel más profundo y más cercano a las costillas.

6. Comprimir suavemente el pezón y observar si hay secreción.

7. Repetir el proceso en el lado izquierdo.

De pie ante un espejo:

Esta parte del examen permitirá detectar cambios en la apariencia de los senos y los pezones. Colocarse ante un espejo con los brazos relajados a los costados del cuerpo. Procurando que el lugar esté bien iluminado, observar detenidamente los senos. Mirarlos desde distintos ángulos y posiciones de los brazos. Cuando el examen se realiza con frecuencia, es cuando más se notan las posibles diferencias: cambios en el color de la piel o del pezón, o si surge alguna protuberancia.

De pie con el brazo levantado hacia el costado:

Esta posición permite revisar el área de la axila.

1. Levantar un brazo a la altura del hombro.

2. Con la mano opuesta, examinar la axila.

3. Repetir del lado opuesto.

En los últimos tiempos las investigaciones y avances médicos han permitido encontrar formas de tratar exitosamente el cáncer de mama y de controlar su crecimiento. Pero se ha comprobado que la detección temprana de esta enfermedad es el primer paso para salvar vidas.