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Vie, Dic

Si dormís bien, ¡te levantás mejor!

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La salud depende, en gran parte, de uno mismo: somos responsables de ella, y al aceptarlo, somos conscientes de que para mejorar este proceso, debemos poner mucho de nuestra parte.

El cuerpo utiliza el descanso para poder repararse y recuperarse. Si no puede descansar bien empieza a acumular tensiones y los sistemas del cuerpo empiezan a decaer. El sueño es bienestar general, y nos pasamos aproximadamente un tercio de nuestras vidas durmiendo. Una buena noche de sueño contribuye a una buena salud.

Insomnio, el más extendido de los trastornos del sueño, se caracteriza por la incapacidad de dormir o por despertarse durante la noche y tener dificultades para dormirse otra vez.

Bien sabido es que una columna alineada reparte las presiones y las tensiones diarias y no permite que se generen contracturas. Y el descanso no es la excepción.

¿Qué son los “ajustes quiroprácticos” y por qué promueven un sueño reparador?

Todos los expertos están de acuerdo que para tener funciones corporales normales debemos tener un irrestricto fluir de nuestro sistema nervioso, para ello nuestra columna vertebral, y, cada vértebra en particular, debe mantener una adecuada situación para no generar compresión radicular y así determinar que nuestro potencial de salud lentamente comienza a disminuir.

Ya fue demostrado que este sistema controla cada órgano de nuestro motor interior, nuestros sistemas simpático y parasimpáticos, verdaderos aceleradores y desaceleradores de nuestras funciones orgánicas, deben mantener en adecuado equilibrio neurológico, por ello es que cuando se nos dificulta conciliar el sueño, sin duda alguna estamos en presencia de un desequilibrio interno, generado por el mal funcionamiento de nuestro sistema nervioso.

Entonces debemos comprender que el estrés diario nos mina nuestra capacidad de funcionamiento, simplemente, porque genera tensión en nuestro cuerpo, física, química y emocionalmente y entonces se nos dificultan nuestras funciones corporales, las inducidas, como de tomar cosas, u objetos, como las automáticas, entre ellas el sueño, ya que uno no piensa en dormir, quiere dormir….y no lo puede hacer adecuadamente.

Es que, por raro que parezca, una columna alineada reparte las presiones y las tensiones diarias, no deja que éstas se estacionen generando contracturas, tensiones, incomodidad para acomodarse en la cama. El sueño entonces se hace reparador, el descanso se torna recuperativo y la persona se carga de energía nueva para encarar otro día. Pero todo esto se da porque el organismo en general está funcionando a nivel neurológico adecuadamente, entonces también uno encuentra que una columna saludable, mejora la funcionabilidad de los diferentes órganos y sistemas, y con ello la digestión y la respiración, son mejores.

La quiropraxia logra que, al mantener el funcionamiento neurológico libre de interferencias, subluxaciones, pueda brindarle al cuerpo que funcione adecuadamente, entonces el sueño se recupera en realidad, no porque descanse más, sino porque lo hace con un organismo en condiciones para adaptar el descanso a esas horas de sueño reparador que se dan porque el propio cuerpo tiene sus funciones neurológicas en su máxima expresión.

Los ajustes quiroprácticos le devuelven al organismo la capacidad innata de recuperar las funciones nerviosas, elevando su calidad de vida. Y, ¿cómo lo hace? Un quiropráctico es un profesional altamente entrenado, que analiza exhaustivamente la columna vertebral, los estudios de diagnóstico y aplica los métodos de evaluación propios, que le permiten hallar la subluxación vertebral, esa vertebra fuera de lugar que comprime un nervio, dando inicio a nuestro mal funcionamiento; luego con precisos ajustes vertebrales  las coloca en su lugar y, es aquí, donde uno comienza a sanarse, las funciones generales comienzan a mejorar, ya nota que no solo duerme, sino que ahora lo hace y descansa.

Es notable cómo en estos casos los pacientes bajo cuidado quiropráctico rápidamente recuperan el descanso, y sus vidas inician un ascenso permanente en búsqueda del bienestar franco y perdurable. Aunque nada es mágico, todo se debe construir, mediante un proceso de recuperación, mantenido y constante.

Los ajustes quiroprácticos empiezan con un orden de visitas intensas de una o dos veces por semana y paulatinamente a medida que la columna se estabiliza se baja la intensidad hasta, generalmente, una vez por mes.

Ya lo decía Hipócrates, padre de la Medicina, unos 5 mil años atrás: “Una o más vértebras de la columna vertebral pueden o no desplazarse de su lugar. Podrían desplazarse apenas y aún así llegar a producir complicaciones para la salud y hasta incluso la muerte, si no son ajustadas adecuadamente”.