La actividad física organizada ha tenido un auge importante en niños y adolescentes. En primer lugar definimos al entrenamiento como la actividad deportiva sistematizada, rutinaria, con el objetivo de aumentar el rendimiento, es decir, es un proceso planificado. Pero, el que los niños tengan sobre entrenamiento y excesivo nivel de actividad física puede llevar al riesgo de lesiones, bajo rendimiento y afectar el crecimiento y la maduración.
La fuerza y stress ejercido sobre una zona anatómica específica, débil, como es la placa de crecimiento en los niños, produce, ante reiteradas cargas (no adecuadas), microtraumas que llevan al dolor y con el tiempo, a la discapacidad de la zona afectada.
Causas de lesiones por sobreuso:
-Extrínsecas: calzado inadecuado, tipo de terreno, entrenamiento incorrecto (elevada intensidad, duración, frecuencia), tipo de alimentación, malas condiciones climáticas.
-Intrínsecas: crecimiento, desequilibrio osteo-músculo-tendinoso (aumento de tensión en puntos de inserción por aumento mayor del esqueleto sobre las demás estructuras), anomalías del morfotipo (ej. alteraciones podálicas como pie plano, desviación de columna, peso corporal, poca flexibilidad etc.).
El entrenamiento físico expone al organismo a una sobrecarga de trabajo y también una presión psíquica que es mayor que en la vida diaria. Esto se observa en las competencias, cuando el fin es obtener un título, lo que genera en los niños y adolescentes a partir de entrenadores, padres y dirigentes, estado de stress y situación emotiva, que en muchos casos suele ser desbordante para individuos que están en pleno crecimiento psíquico. Agregar, además, las cargas de trabajo a los que son sometidos, que, en muchos casos, no respetan el nivel de desarrollo y maduración.
Estamos ante un sujeto con un organismo en crecimiento, con estructuras musculares-articulares-oseas, hormonales y con requerimiento nutricional distinto al del adulto al igual que la esfera psíquica.
El entrenamiento muy intenso sobre las estructuras mencionadas puede producir: modificaciones de la amplitud de movimiento de la columna vertebral, cambios de los cuerpos vertebrales, daño en los cartílagos de crecimiento (poco desarrollo de estatura), lesiones músculo - tendinosas (40 ó 50 % consultas por dolor, nivel inserciones), fracturas por stress (cargas intensas a predominio unilateral), osteocondritis cara anterior de tibia, dolor talón de Aquiles por inflamación, torsión de tobillo (ligamento lateral), hombro doloroso (manguito rotador, ej. Nadadores) y espondilolisis – Espondilolestesis.
Prevención:
-Evitar sobreentrenamiento
-Programar entrenamiento según edad, desarrollo sexual, tipo de deporte
-Dieta adecuada por nutricionista
-Examen médico precompetitivo
-Elongación
-Precalentamiento
-Enfriamiento post-ejercicio
-Vestimenta y calzado adecuado según deporte
-Uso de Protectores.
Tratamiento:
-Reposo
-Hielo local
-Antinflamatorios
-Fisio-Kinesioterapia
Realizar prácticas deportivas requiere de mucha responsabilidad, un conjunto de pasos a seguir sirven para evitar daños colaterales que perjudiquen el futuro deportivo de las personas.