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Vie, Abr

Vitíligo, la enfermedad de las manchas blancas

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  El vitíligo es una enfermedad en donde manchas blancas aparecen en manos, rostro y en ocasiones pueden extenderse a otras partes del cuerpo, como las extremidades, los ojos, alrededor de la boca, los orificios de la nariz,  y las zonas genitales. 

Algunos investigadores afirman que podría tratarse de una enfermedad autoinmune, en la cual el sistema inmunitario ataca por error a los melanocitos, células que producen el color o el pigmento de la piel. Para otros se inicia debido a un acontecimiento determinado como una quemadura de sol, estrés emocional o herencia genética. Sin embargo, aún no se ha comprobado que estos acontecimientos originen la enfermedad.

Aproximadamente un 1% de la población mundial sufre de vitíligo, sobre todo se encuentra en las razas que tienen mayor pigmentación en la piel, y en mayor medida ataca a las mujeres. Las primeras apariciones de las manchas suelen darse entre los diez y los treinta años.

Para lograr la detección de esta enfermedad el médico se basará en los antecedentes clínicos y familiares, un examen físico, para eliminar la posibilidad de que existan otros problemas médicos, y pruebas clínicas, que incluirán la toma de una pequeña muestra de la piel afectada, un análisis de sangre y un examen de los ojos.
 
Una vez detectada la enfermedad no hay manera de saber su alcance y propagación, dado que, dependiendo del paciente, las manchas pueden extenderse o no a otras partes del cuerpo. En algunos casos, el vitíligo avanzará lentamente al cabo de muchos años y en otros casos, ocurrirá rápidamente. Algunas personas han reportado tener más manchas blancas después de haber estado bajo estrés físico o emocional.

Desde la comunidad médica y las asociaciones de pacientes con esta enfermedad se indica que una de las tareas más importantes y difíciles, de quienes poseen vitíligo, es aceptar su enfermedad y asumirla; ya que es una patología que afecta al aspecto físico y puede resultar complicado de explicar para quien no conoce la enfermedad. Este desconocimiento puede afectar demasiado a las pacientes, por lo que es recomendable confiar en el médico y en el dermatólogo, así como acudir a terapia si fuera necesario.