Al trabajar los movimientos en vez de músculos, el entrenamiento funcional se caracteriza por utilizar al cuerpo humano como una unidad, un todo, una cadena enlazada de músculos que, juntos, hacen eficiente al movimiento.
Partiendo de esa mirada, podemos encontrar múltiples beneficios, entre los más destacados:
1- Mejora la movilidad general, tanto articular como muscular.
2- Al entrenar movimientos, tiene un mayor gasto calórico, lo que favorece a la disminución de grasa.
3- Trabaja músculos secundarios y adyacentes que trae como beneficio las mejoras de las habilidades motrices: agilidad, coordinación y equilibrio.
4- Al utilizar ejercicios de rotación en la zona media, brinda mejor postura corporal.
5- Es divertido, utiliza distintos materiales y movimientos que colaboran al entrenamiento lúdico y se puede realizar en grupo favoreciendo así la integración entre los participantes.
Al utilizar "niveles de dificultad" en sus ejercicios colabora a que todas las personas, de cualquier condición física, pueda realizarlo.
Los cambios en sus ejercicios varían de 4 a 6 sesiones y se pueden observar mejoras desde la primera sesión de entrenamiento.