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Sáb, Abr

Cáncer y nutrición: la importancia de alimentarse bien

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Una nutrición saludable es indispensable para que el cuerpo incorpore los nutrientes, reemplace tejidos y mantenga al cuerpo fuerte. Los SI de la dieta.

 

Está científicamente comprobado que las células cancerígenas se "alimentan" de glucosa como fuente de energía para crecer. De ahí que reducir la ingesta de calorías no sólo ayudará a mantener un peso saludable, sino que será la mejor prevención contra los diferentes tipos de cáncer.

En el caso de la célula cancerígena, sólo utiliza la glucosa (encontrada en: azúcar blanca, miel, arroz blanco, papa, pastas de harina blanca) a una velocidad 100 veces mayor que cualquier célula normal del cuerpo para poder vivir y multiplicarse.

Si una persona tiene cáncer y le damos alimentos que se transforman rápidamente en glucosa será tomada por la célula cancerígena mucho más rápido y con mayor avidez que las células normales, produciendo su crecimiento y su mayor proliferación.

Una buena nutrición es importante para cualquier persona, pero es vital cuando se padece algún tipo de cáncer. Además, es indispensable para que el cuerpo incorpore los nutrientes, reemplace tejidos y se mantenga fuerte y en buen estado. Debe disponer de las vitaminas, minerales, proteínas, carbohidratos, grasas y agua que necesita a través de una dieta dirigida bajo supervisión médica.

El objetivo es mantener peso, fuerza, evitar infecciones y fomentar la salud de los tejidos corporales. Además, cuanto más nutrido esté el paciente, mejor soportará los tratamientos y sus efectos secundarios. Un paciente alimentado correctamente tiene más posibilidades de mejorar en un plazo menor de tiempo y tener una mejor calidad de vida.

¿Qué nutrientes necesita un paciente oncológico?

- PROTEÍNAS: Son esenciales para el crecimiento y la reparación de los tejidos. Tras la cirugía o durante la quimioterapia y radioterapia, es importante un aporte extra de proteínas que podemos encontrarlas en las carnes rojas magras, huevos, lácteos sin grasa y legumbres.

- GRASAS: Son una fuente de energía rica para el cuerpo, pero hay que procurar que sean monoinsaturadas en vez de saturadas. Se pueden ingerir a través del aceite de oliva y en menor medida, en carnes rojas y leche entera.

- MINERALES Y VITAMINAS: Ayudan a que el cuerpo ingiera mejor la energía de lo que se consume. Podemos encontrarlos en diferentes alimentos o suplementos.

- ANTIOXIDANTES: Los pacientes deben ingerirlos a través de las frutas y las verduras que forman parte de la dieta habitual.

- CARBOHIDRATOS: Nuestro cuerpo utiliza los carbohidratos para mantenerse en movimiento y la persona que padezca cáncer debe incorporarlos a su dieta. Están presentes en frutas, verduras y granos enteros, que a su vez contienen vitaminas, minerales esenciales y fibra (cereales, pan, harina, arroz, legumbres).

- AGUA: Su consumo es vital para cualquier persona. Ingerir poca agua o perderla debido a los efectos secundarios de los tratamientos puede ser peligroso y llevar el cuerpo a la deshidratación. Por lo tanto, es importante beber toda el agua necesaria e incluso un extra si sabemos que podemos estar perdiendo líquido.