El plan perfecto para recuperar la silueta

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El primer paso es detectar dónde se está parada y saber con exactitud cuánto se debería modificar el cuerpo, ya sea a través de la dieta y/o de la actividad física.

 La visita al nutricionista es esencial, porque el profesional podrá realizar un estudio de antropometría, que es una herramienta muy importante, debido a que con la medición física se puede desarrollar un plan, trazar objetivos y, al mismo tiempo, da la posibilidad de controlarlo. Una vez que la antropometría está hecha, se podrá visualizar lo que debemos cambiar. Además de los lineamientos dietéticos se podrá evaluar la actividad física. En general se aconseja una caminata diaria de 60 minutos como mínimo. Eso ayuda a descender el peso y sostener el descenso. Realizando esta actividad se puede bajar la grasa y, asociándola a trabajos con resistencia, aumentar la masa muscular, lo que genera más metabolismo basal, otorgando mayor esbeltez al cuerpo.

Por supuesto, la ingesta sana y la actividad no pueden faltar en cualquier programa de recuperación. Hay que tener mucho cuidado con el alcohol, porque tiene muchas calorías y siempre entorpece el objetivo. La actividad física debería realizarse por lo menos 3 veces por semana, ya que menos no moviliza la grasa. Nos puede hacer sentir mejor pero no produce cambios.

En cuanto a los tratamientos en consultorio serán de acuerdo a cada cuerpo, necesidad, presupuesto y personalidad del paciente.

Para piernas recomendamos la combinación de drenaje linfático manual + mesoterapia + Accent Radiofrecuencia. Se movilizarán la grasa y estimularán la circulación periférica, que reduce la grasa y moviliza edemas (líquidos). La radiofrecuencia consiste en la emisión de ondas radiomagnéticas que trabajan sobre las moléculas de agua, produciendo fricción y calor, con lo que aumenta la densidad del tejido. La mesoterapia consiste en hacer pasar una sustancia al citoplasma celular, con método de aguja,  nutriendo el tejido.

Por otra parte, mostramos los brazos en el verano y esa es una zona donde muchas veces es visible la flaccidez. La misma es la pérdida del tono de la piel, acompañado o no de la pérdida del tono muscular. En la piel las fibras de colágeno son las que mantienen la estructura de firmeza, mientras que las elásticas, le dan elasticidad. Con los años, o en algunas patologías, estas estructuras se van descomponiendo o desestructurando, favoreciendo la blandura del tejido y la laxitud.

¿Por qué se produce flacidez en los brazos? La genética determina el tipo y la cantidad de fibras que habrá en ese tejido con mayor o menor tono. Además, la falta de actividad física necesaria hace que el tríceps, músculo difícil de trabajar, arrastre la piel y todo cae.

Puede revertirse, casi en su totalidad, pero no existen tratamientos mágicos. La rutina de aeróbico para disminuir las grasas y la actividad con aparatos es lo más recomendable, ya que ayuda a modelar el brazo.

Se recomienda tratamientos de gabinete donde el calor desnaturaliza esas fibras colágenas que se han perdido en calidad y cantidad y las renueva generando contracción de la piel. Sugerimos Accent, (radiofrecuencia), que tiene mayor potencia que otras que hay en el  mercado. Sumado a la mesoterapia. El número de sesiones asciende a 10 o 15, considerando el grado de flaccidez. Nunca debe dejarse de hacer actividad física, ya que en la zona del tríceps hay un depósito de “grasa parda”, grasa que se moviliza con dificultad.

En conclusión, no hay magia, sino que se trata de tener sentido común: actividad física, dieta, drenaje linfático y Accent. Nada es excluyente porque uno se apoya en el otro.