Romper con la rutina

Typography

A muchas de nosotras nos ha pasado alguna vez que después de años de compartir nuestra vida con un compañero, los encuentros y actividades se vuelven rutinarios, casi mecánicos, no pensamos en lo que deseamos sino en que tenemos que hacer tal o cual cosa. Lo mismo sucede en nuestra cama, con los encuentros sexuales. Ya nos conocemos, nos damos cuenta cuándo el otro tiene ganas de hacer el amor porque siempre se va dando de la misma manera, entonces ya sabemos qué sigue y cómo.

 

Tal como sucede con el resto de las cosas en nuestra vida y por nuestra naturaleza humana, el acto sexual se mecaniza, y cuando esto pasa nos perdemos de la espontaneidad de la comunicación del momento y de que surjan placeres nuevos. Se traba el dar y el recibir en un quehacer por la descarga, todo está focalizado en el orgasmo y en la posterior relajación, en donde los integrantes continúan con sus acciones de rutina.

En este contexto tenemos ganas de romper con el hábito, de hacer algo nuevo, pero nos parece casi imposible o muy difícil, es cierto no es fácil, y mucho menos cuando un solo miembro de la pareja tiene esta inquietud, y hasta podría incomodarlo ya que lo mecánico es lo seguro, lo conocido, pero al no satisfacernos aparece la necesidad, el deseo.

Como siempre digo, es bueno conversarlo desde el amor, y tal vez recordando tiempos pasados, y desde ahí comenzar a jugar con aquella imaginación. También podemos proponernos pequeños cambios para empezar, por ejemplo si solemos acostarnos con un camisón o pijama, cambiar por simplemente ropa interior, si al contrario casi siempre nos vemos desnudos, elegimos un camisón ni sexy ni de abuela, y en el momento podemos elegir una nueva posición en la cama. Si siempre está la TV prendida hay que apagarla y prender el velador, o estar un rato en silencio a obscuras.

¿Cuáles tienen que ser las expectativas? Ninguna. Justamente crear algo nuevo que nazca de ese diálogo. Ustedes me preguntarán qué es lo que tiene que surgir y después de eso qué hay que hacer después. La situación misma las va ir guiando.

Las expectativas en estos casos suelen jugar en contra, ya que si no sucede lo que estamos esperando nos sentimos frustradas o enojadas. Además que nos bloquea y no nos permite estar abiertas en esta comunicación.

La sexualidad es encuentro, comunicación, lenguaje entre dos, que en algunos momentos se mezclan y se confunden siendo uno, donde no se encuentra donde comienza uno y termina el otro, para finalmente ser dos, agobiados de ese intenso intercambio.

 

Lic. Yanina Cotarelo

Psicóloga – Sexóloga

www.exploratussentidos.com/blog