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Vie, Nov

El Hipotiroidismo afecta a más de 2 millones de argentinos

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La glándula tiroides tiene forma de mariposa y normalmente se localiza en la parte de adelante del cuello. Su trabajo es formar las hormonas tiroideas, volcarlas al torrente sanguíneo y entregarlas a todos los tejidos del cuerpo. Estas hormonas ayudan al cuerpo a utilizar energía, mantener la temperatura corporal y a que el cerebro, el corazón, los músculos y otros órganos funcionen normalmente.

 

 Los desórdenes tiroideos forman parte de las patologías más prevalentes, alcanzando entre el 30 y el 40% de las consultas en el consultorio médico. Sus manifestaciones varían considerablemente en las diferentes partes del mundo aunque se relacionan principalmente con la disponibilidad de iodo en la dieta, necesidad que va cambiando a medida del paso del tiempo y en el caso de embarazadas y lactantes.

A pesar de que la deficiencia de iodo es la primera causa de discapacidad prevenible, estadísticas internacionales demuestran que 800 millones de personas están en riesgo por no tener acceso. En la Argentina, la yodación de la sal es obligatoria a través de la Ley 17259/67.

Hipotiroidismo y el lento funcionamiento del organismo

Cuando la glándula tiroides no es capaz de producir suficiente hormona tiroidea para mantener el cuerpo funcionando de manera normal se produce Hipotiroidismo. Esto puede darse por diferentes razones como padecer enfermedades autoinmunes, haber sufrido la eliminación quirúrgica de la tiroides y o el haber tenido exposición a tratamientos radiactivos en la zona del cuello.

En la actualidad, según cifras oficiales se estima que unos 2 millones de argentinos sufren de esta enfermedad. Si bien es más común en mujeres, también se da en hombres y aumenta con la edad. Alrededor de los 50 años es cuando se evidencian más casos, afectando a 1 de cada 10 mujeres.

A pesar de no tener cura, sí existen tratamientos que permiten regular su actividad para obtener un correcto funcionamiento del organismo y, en consecuencia, mantener una vida normal.

¿A qué síntomas estar atentos?

"Cuando los niveles de hormona tiroidea están bajos, las células del cuerpo no pueden recibir suficiente hormona tiroidea y los procesos corporales comienzan a funcionar con lentidud. A medida que esto sucede el paciente comienza a sentir más frío y se fatiga con mayor facilidad, se le reseca la piel y padece estreñimiento. También puede verse afectado a nivel neurológico, presentando olvidos e incluso cuadros depresivos", explica la Dra. Sandra Licht, médica endocrinóloga de INEBA.

"Otro aspecto importante a tener en cuenta es que las enfermedades tiroideas pueden afectar a varios miembros de la familia por lo que es muy importante comentarle a los seres queridos sobre el Hipotiroidismo para que puedan hacerse las pruebas de sangre correspondientes y confirmar o descartar si ellos también lo padecen", agrega la especialista.

No es menor esta consideración si se tiene en cuenta que el hipotiroidismo en mujeres embarazadas puede causar abortos espontáneos y en menor medida otras complicaciones como preeclampsia, anemia, hemorragias postparto y nacimientos pretérmino. A su vez, el hipotiroidismo congénito puede afectar a uno de cada 3500 recién nacidos causándole un retardo mental que es irreversible si se demora su tratamiento. Es por esto que en nuestro país, al momento del nacimiento, a los bebés se les realiza la pesquisa de este tipo de hipotiroidismo sacándole sangre del talón.

Tratamiento farmacológico y vida normal

Si bien no hay cura para el Hipotiroidismo y a la mayoría de las personas las acompaña de por vida, asumiendo un tratamiento farmacológico correcto los pacientes pueden regular el funcionamiento de su organismo y hacer una vida totalmente normal. Los síntomas desaparecen y los efectos de este bajo funcionamiento disminuyen.

"La meta del tratamiento es mantener la hormona en el rango normal. Una vez ajustada la dosis de tiroxina – una droga que contiene la misma hormona T4 que el cuerpo produce - a las necesidades del paciente, el control es simple y se realiza una o dos veces al año, salvo que algún síntoma reaparezca o empeore, se produzcan cambios bruscos en el peso o si la persona comienza a tomar algún medicamento que pueda interferir en el proceso regulador", comenta la Dra. Licht.