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Mar, Mar

Una vida sexual saludable en la vejez ayuda a impulsar el bienestar

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Un estudio publicado en la revista Sexual Medicine y realizado por la University College de Londres (UCL) en colaboración con la Universidad Anglia Ruskin (ARU) afirma que la actividad sexual se asocia con un mejor bienestar entre las personas mayores.

 

 El informe, realizado mediante encuestas a 6.879 adultos con una edad promedio de 65 años, se enmarca dentro del Estudio Longitudinal del Envejecimiento (ELSA en inglés). En este relevamiento se encontró que los hombres y mujeres mayores que informaron de cualquier tipo de actividad sexual en los 12 meses anteriores tuvieron una puntuación de disfrute de la vida más alta que aquellos que no eran sexualmente activos. 

El estudio también arrojó que para las mujeres, una mayor frecuencia de besos, caricias y cuidados se asocia con un mayor disfrute de la vida, al igual que sentirse emocionalmente cerca de su pareja durante el acto sexual. En tanto, las relaciones sexuales pueden ser más importantes para los hombres mayores en términos de promover el bienestar.

“La falta de intimidad en la vejez está relacionada a la cultura, a la forma en la que tendemos a ver y a mostrar la sexualidad. Vivimos en una sociedad en la que todo lo relacionado al sexo está ligado a la imagen de gente joven sin disfunciones y a la genitalidad. En muchos casos, los hombres por falta de virilidad y las mujeres por baja lubricación y dolor dejan de tener intimidad aunque siguen teniendo deseo e interés”, afirma Francesca Gnecchi, Directora de Erotique Pink y comunicadora especializada en Sexualidad Humana. 

 

Por su parte, la sexóloga Isabel Boschi agrega: Suele hablarse de la sexualidad a partir de la tercera edad como la edad del erotismo. Lo deseable es enfrentar las limitaciones sexuales en esta etapa sin prejuicios, habilitando permisos para gozar con placer y amor, combatiendo la timidez sobre el desempeño sexual porque si bien la fisiología sexual del adulto mayor no es igual que en su juventud, la experiencia le permitió superar muchos tabúes dañinos para su integridad sexual”.

 

Una mujer o un hombre que se dan permiso para gozar, con besos, abrazos, caricias, o cualquier práctica sexual que ambos acepten, incrementa su bienestar mental, físico y espiritual. Muchas parejas de adultos mayores, sean o no de convivencia, que mantienen un vínculo estable para el placer, para el amor o para estar acompañados, desarrollan un sentimiento amoroso que les mejora el estado de ánimo y la salud general”, concluye Boschi.

 

Si para hablar de sexualidad pensaríamos en el goce a través de diversas zonas erógenas y no sólo en la genitalidad podríamos ver, entre otras cosas, como se puede disfrutar de la intimidad a cualquier edad incluso teniendo disfunciones comunes en los adultos mayores. La vida sexual activa forma parte de la salud física y mental de las personas sin importar la edad por lo que es fundamental que podamos difundir lo saludable que es poder disfrutar de la intimidad en las distintas etapas de la vida”, cierra Gnecchi.