En nuestro país, el cáncer de mama es el tumor más frecuente en la mujer. Se diagnostican aproximadamente 19.000 nuevos casos por año y se calcula que 1 de cada 8 mujeres que hayan alcanzado la edad de 80 años habrá desarrollado la enfermedad en algún momento de su vida.
En la presentación del cáncer de mama, la edad continúa siendo uno de los principales factores de riesgo. Si bien en nuestro país aún no están disponibles los datos certeros, se estima que el desarrollo de la enfermedad es muy rara antes de los 30 años, y va aumentando significativamente después de los 40.
Según la Dra. María Eugenia Azar, miembro de la Sociedad Argentina de Mastología, existe una baja incidencia en mujeres menores de 40 años, tendencia que se mantiene estable a lo largo del tiempo. "De la totalidad de las pacientes con cáncer de mama, el 6,6% se diagnostican antes de los 40 años. Esto representa un 3,2% en el rango etario de 40 a 35, un 2,4% entre 35 y 30 y un 1% en menores de 30 años", señala la profesional.
"Si bien los antecedentes familiares de cáncer de mama u ovarios suelen ser factores de riesgo muy importantes, el llamado cáncer de mama genético o hereditario, no es el más frecuente ya que representa sólo el 15% de todos los cánceres de mama diagnosticados, mientas que el 85% restante son lo que se denomina: cáncer esporádico", destaca el Dr. Luciano Cassab, también miembro de la Sociedad Argentina de Mastología.
En mujeres con antecedentes directos (madre o hermana) se recomienda realizar el primer control 10 años antes de la edad de detección del cáncer del familiar más cercano, que por lo general es a los 30 años. "A los controles habituales como la mamografía y la ecografía, se les agrega una resonancia nuclear magnética mamaria, también de forma anual, y se aconseja la consulta con el especialista cada 6 meses", remarca la Dra. Azar.
Gracias a los avances de la tecnología, hoy se pueden detectar micro estructuras que permiten confirmar o no la existencia de una lesión maligna, antes de que se presente en forma visible o que cause dolor.
Sin embargo, el 90% de las mujeres menores de 40 años con cáncer de mama son sintomáticas, es decir, consultan al médico porque han palpado un nódulo o se ha producido un cambio en sus mamas. "La detección temprana de la patología es muy importante ya que cuanto antes se detecte el tumor y se inicien los tratamientos, mayores serán las posibilidades de curación como así también las chances de obtener mejores resultados estéticos", sostiene el Dr. Cassab y agrega: "En general, el cáncer de mama es asintomático en sus estadios iniciales, esto quiere decir que no duele ni presenta síntomas visibles que alerten el desarrollo de la enfermedad, por eso es importante que las mujeres estén atentas a los cambios que pueden producirse en sus mamas".
La Dra. Azar remarca que el autoexamen es una herramienta útil que ayuda a las mujeres a conocer sus mamas, pero de ninguna manera reemplaza a la consulta médica y a los estudios que permiten obtener una detección precoz. En este sentido el Dr. Cassab agrega que las lesiones palpables suelen tener al menos 1 cm de diámetro, lo cual significa que la enfermedad no se encuentra en sus estadios iniciales. Es por eso que ante la aparición inesperada de un nódulo o bulto, secreción de sangre por pezón, cambios en el color de la piel, enrojecimiento de la mama, alteraciones en la forma como retracciones u hoyuelos, aparición de ganglios en las axilas o cualquier otro signo fuera de lo común, se recurra al mastólogo para su estudio y control.
Ante un diagnóstico de cáncer de mama antes de los 40 años, los tratamientos disponibles no difieren de los indicados a mayor edad. La Dra. Azar aclara que la cirugía conservadora con radioterapia es un procedimiento seguro en mujeres jóvenes, aún en aquellas con mutaciones genéticas. En algunas ocasiones, puede ser necesaria una mastectomía con o sin reconstrucción, según la especificidad del caso. Tampoco hay diferencias en cuanto a los esquemas de quimioterapia respecto de mujeres de mayor edad, aunque sí se presentan algunas diferencias en la hormonoterapia, utilizándose diferentes medicaciones según se trate de mujeres pre o postmenopáusicas.
Además de brindar apoyo psicológico y tratar de reducir el impacto de los tratamientos en la calidad de vida, tal como sucede con cualquier paciente que atraviese esta patología, uno de los factores a tener en cuenta muy especialmente en el manejo de pacientes jóvenes con cáncer de mama, es la preservación de la fertilidad.
En mujeres asintomáticas y sin antecedentes familiares, la Sociedad Argentina de Mastología, recomienda efectuar una mamografía de base a los 35 años, y luego, a partir de los 40 años, una mamografía y ecografía mamaria de forma anual.
"Ser mujer, cumplir años y tener antecedentes familiares de la enfermedad son factores de riesgo que no podemos evitar, por eso se los llama no modificables, pero llevar una vida sana, realizar actividad física regularmente, mantener una alimentación pobre en grasas, incorporar frutas y verduras a la dieta, disminuir el consumo de alcohol, abandonar el tabaco y evitar el sobrepeso, son pequeños cambios que podemos hacer a fin de disminuir el riesgo de cáncer de mama", concluye la Dra. Azar.