Hablar de sexo es una tarea difícil para la gran mayoría de las mujeres, quizás por tener una educación restrictiva que decía que de eso no debía hablarse por pertenecer a la intimidad, o porque tanto se dijo que no fuimos hechas para sentir placer y que los hombres eran los activos que todo lo sabían. Por el motivo que sea, lo cierto es que al sexo femenino le suele costar iniciar este tipo de charlas con su pareja, pero el no hacerlo, puede traer graves consecuencias a nivel sexual.
Las parejas que hablan regularmente sobre sexo, canalizan y disfrutan más de sus encuentros sexuales y pueden ir aprendiendo el uno del otro para convertirse en los mejores amantes.
La cosa es que para las mujeres, hablar de sexo con un hombre, no es tarea fácil. Es un tema que genera grandes complicaciones y hasta puede desencadenar discusiones y malestar, ya sea porque tu compañero se incomoda, se enoja, se inhibe, se preocupa o porque sucede que no querés, o no sabés cómo expresarte para hablar de tu sexualidad por encontrarte con toda tu intimidad.
Los hombres y las mujeres somos bien diferentes para al diálogo, nosotras somos de hablar y compartir más lo que nos pasa y nos gusta, y por ser de esta manera, deseamos que nuestro compañero sea igual y nos diga qué le pasa y qué siente, tarea que a veces parece imposible.
Cuando el tema que nos toca es sexo, la cosa se complica aún más, ya que se va a hablar tanto de lo que te gusta como de lo que no. Y ahí comienza el problema, porque cuando el hombre oye la palabra “No”, se nubla y deja de escuchar, comienza a criticarse, a juzgarse y a castigarse por no ser un perfecto amante. No le importa que le digas que disfrutás de estar con él, porque se centra en lo que no te gustó.
Por ello propongo un pequeño cambio en la manera de expresar nuestro displacer sexual. En vez de comenzar a decirle “no me gusta que…”, hay que enfatizar en el placer, en lo que te gusta y disfrutás, en lo buen amante que es y lo que te hace sentir al hacer el amor. Después de eso sí plantear, implícitamente, lo que “no te gusta”, diciéndole que lo querés como un agregado a todo lo que ya disfrutás con él.
Antes que nada, hay que ponerse de acuerdo respecto a cuál es el mejor momento para conversar, porque para algunas parejas el inmediato posterior al sexo es el mejor por estar relajados y con la información a flor de piel; y para otras no es el instante adecuado y optan por hablarlo en un lugar imparcial y café de por medio; por eso primero preguntale cuál sería el mejor momento para él y juntos lo van a encontrar.
Al comenzar la charla, siempre intentá hacerlo hablando sobre vos, dentro de lo posible utiliza el “yo”. Se pueden utilizar libros, internet u otro material didáctico para facilitar el diálogo. Lo bueno es tener en cuenta que del sexo también se puede hablar sin palabras, mostrando con el cuerpo en el momento en que estas teniendo relaciones sexuales, de qué manera te gusta que te toquen, en dónde y cómo.
Hablar de sexo con tu compañero es sano y liberador. Podés comenzar por expresar justamente lo incómodo que te parece el tema y lo difícil de conversarlo, es un primer paso para iniciar una buena comunicación a futuro, con sinceridad y simplicidad.