El monóxido de carbono (CO) constituye una de las principales causas de muerte por envenenamiento para todas las edades, tanto en nuestro país como a nivel mundial. Se trata de un gas tóxico, menos denso que el aire y que se dispersa con facilidad. A su alta toxicidad se suma la peligrosidad de pasar desapercibido, al ser inodoro, incoloro y no irritar las mucosas.
¿Existe un mayor riesgo durante la cuarentena?
Es de esperar que, en circunstancias de aislamiento social debido a la pandemia, las personas se encuentren con mayor riesgo potencial de intoxicación; también dependerá de las condiciones de temperatura ambiental (menores temperaturas), además de la dificultad para contactar a los servicios técnicos.
¿Hay formas de calefaccionar que aumentan el riesgo? ¿Cuáles?
A nivel doméstico la producción de CO se origina en los artefactos que queman gas, carbón, leña, querosén, alcohol, o cualquier otro combustible. El gas natural no contiene CO en su composición, pero su combustión incompleta es capaz de generarlo.
Entre los artefactos que queman gas, los más frecuentemente involucrados en los eventos de intoxicación son: calefones, termotanques, cocinas, hornos y calefactores (estufas infrarrojas, calderas en el interior del domicilio), cuando no están correctamente instalados o la ventilación de los ambientes es escasa. La insuficiente entrada de oxígeno al quemador de una cocina, originado por el uso de un disipador de calor sobre la hornalla, constituye otro ejemplo de combustión incompleta y la consecuente generación de monóxido de carbono. Otras fuentes son los braseros, los hogares a leña, las salamandras (tanto a gas como a leña), las parrillas, las cocinas a leña o carbón y los faroles a gas.
Una vez por año debería realizarse una revisión técnica a través de personal adecuado (gasista matriculado), los calefactores, estufas, conexiones de gas, válvulas de seguridad etc., asimismo se deben revisar los sistemas de ventilación o venteo.
¿Cómo identificar una intoxicación?
Si hay alguna fuente de producción de CO en funcionamiento y se comienza a sentir dolor de cabeza y somnolencia hay que sospechar una intoxicación. Los síntomas pueden incluir, además de dolor de cabeza, dolor torácico, confusión o mareos, dificultad para respirar, náuseas/vómitos, cansancio, fatiga, pérdida de conciencia, desmayo o pérdida de conocimiento, alteraciones visuales, convulsiones o coma.
La intoxicación por monóxido de carbono (CO), es diagnosticada idealmente por una tríada clínica: síntomas consistentes con Intoxicación por CO, historia de la reciente exposición; y niveles elevados de carboxihemoglobina (COHb).
¿Qué hacer si se sospecha de una intoxicación por monóxido de carbono?
Ante la sospecha de intoxicación por CO, apagar la estufa y ventilar inmediatamente abriendo puertas y ventanas. De ser posible retirar al afectado del lugar y llevarlo al exterior. Llamar al médico, quien debe poder determinar si se tiene este problema al observar síntomas y hacer un examen. También realizará, de ser necesario, una prueba de sangre para examinar si tiene CO en el cuerpo.
En casos graves las personas intoxicadas por CO pueden llegar a precisar tratamiento en el hospital con oxígeno.
¿Cómo reducir las posibilidades de intoxicación por monóxido de carbono?
- Mantener ambientes ventilados y controlar el buen funcionamiento de las instalaciones y artefactos de calefacción.
- En el caso de los artefactos para calefaccionar a gas la llama debe ser azul y tener salida al exterior.
- Nunca dejar un automóvil en marcha en un garaje, incluso con la puerta del garaje abierta.
- No hacer funcionar un generador dentro de la casa o garaje, o justo fuera de una ventana, una puerta o un conducto de ventilación que ingrese a la casa.
- No usar una parrilla a carbón o a propano portátil en un lugar cerrado.
- Evitar calefaccionar los ambientes con el horno u hornallas de la cocina y controlar que estén apagadas antes de dormir.