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Sáb, Dic

Incidentes domésticos - Los riesgos de no consultar al médico por temor al contagio de Covid-19

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Las lesiones por incidentes domésticos causan una gran cantidad de víctimas en nuestro país siendo los más afectados los niños, adolescentes y adultos mayores. 

 

 A veces el desenlace trae consecuencias severas e irreparables y en otros casos períodos largos de recuperación provocando, además, un daño emocional, psicológico y social que alcanza al resto de la familia, así como también un gran perjuicio económico.

Son incidentes y no accidentes porque en general son evitables y en la mayoría de los casos surgen por desinformación o negligencia. La educación desempeña un rol fundamental y desde pequeños debiéramos transitar por el camino de generar una clara cultura de seguridad que se vea influenciada por el medio cultural, económico y geográfico en el que habitamos.

Trabajar sobre valores y actitudes en todos los ámbitos de la sociedad para desarrollar una cultura de la prevención es primordial. Cuando somos niños y en el hogar, bajo la supervisión de adultos a cargo, en la escuela, en el ámbito deportivo, en el trabajo (rural o urbano), en el tránsito (según el rol que desempeñamos, de peatón, ciclista, motociclista, automovilista o chofer de vehículos de pasajeros) o para prevenir los actos de violencia en cualquiera de sus formas. En todas estas situaciones, cuando fallan los mecanismos defensivos de las barreras de la prevención, se desencadenan importantes problemas en la salud pública, con inmensos costos médicos, sociales y económicos.

Desde marzo de 2020, en nuestro país, se decretó el aislamiento social obligatorio debido a la pandemia. Esta situación significó el repentino aumento de la permanencia en los domicilios y la realización de más y nuevas actividades domésticas que provocaron algunos incidentes en diferentes ámbitos: cocina, reformas, arreglos de parquización, limpieza o la práctica de ejercicios, entre otros. Si bien se ha notado un cierto aumento en las consultas en guardias lo que realmente preocupa es que los incidentes puedan ser graves y que las consultas no se lleven a cabo o se realicen en forma tardía por temor al contagio con COVID-19 en las salas de emergencias.

Dentro de los incidentes domésticos, las lesiones por cortes, golpes, caídas y lesiones con maquinarias de uso doméstico son muy frecuentes, por ello es importante dar algunas pautas y recomendaciones sobre las heridas y el control de hemorragias en caso que ocurran.

La Asociación Argentina de Cirugía recomienda que ante la presencia de una herida podamos valorar e identificar la misma, controlar la hemorragia y prevenir la infección.

Una herida es la pérdida de continuidad de la piel y/o tejidos como consecuencia de un traumatismo. Hay diferentes tipos de heridas y se clasifican según su profundidad, su causa y/o su estado bacteriológico. Es ideal poder valorarla y manejarla hasta tanto ser asistido/a por personal sanitario en caso necesario.

La importancia de reconocer las heridas

Según su profundidad pueden ser:

- Escoriaciones: son lesiones de piel.

- Heridas superficiales: abarcan la piel y el nivel subcutáneo.

- Heridas profundas: abarcan la piel, el nivel subcutáneo y el plano muscular.

- Heridas penetrantes: abarcan los niveles anteriores e ingresan a alguna cavidad (tórax y/o abdomen). ¡SON DE GRAVEDAD!

- Heridas perforantes: son aquellas que abarcan todos los planos y además perforan algún órgano dentro de alguna cavidad. ¡SON DE GRAVEDAD!

Según su causa:

- Abrasión o raspón: por fricción o rozamiento de la piel con superficies duras.

- Herida Cortante: causada por objetos con filo (vidrios, cuchillos, latas, entre otros).

- Herida Cortante - Contuso: se producen por un impacto violento con un objeto consistente (martillazo, por ejemplo).

- Herida Punzante: por un objeto con punta, como un destornillador.

- Laceración: desgarro de tejidos contra una superficie dura.

- Avulsión: desgarro y destrucción de tejidos, por ejemplo una mordedura.

- Aplastamiento: por caída de un objeto pesado sobre alguna parte del cuerpo.

- Amputación: pérdida de un miembro o parte del mismo.

Al momento de identificar y valorar la herida e informar al sistema de emergencias es recomendable poder tener en cuenta:

- Ubicación anatómica de la herida (en miembros o en el tronco).

- Presencia de sangrado externo evidente.

- Tipo de herida (según profundidad y causa).

- Aspecto de la herida: color, olor, tamaño, forma, extensión y profundidad.

- Presencia de líquido: cantidad y características (sangre, suero/pus).

- Presencia de indicadores de infección en heridas no recientes: dolor, si está caliente la región, roja, inflamada y/o con pus.

¿Qué pasa si hay sangrado?

Ante la evidencia de sangrado externo es fundamental detener la hemorragia de algún modo. Por lo tanto se recomienda:

- Tratar de no ponerse en contacto con fluidos corporales, ya que a través de ellos se pueden transmitir infecciones. Utilizar guantes para ayudar a una persona herida.

- Llamar o pedir que alguien llame y active el Sistema de Emergencias (911, 107, etc.).

- Buscar el sitio de sangrado, evaluar cantidad del mismo y comprimir para detener la hemorragia.

- Realizar una o más técnicas. Algunas de ellas pueden ser: compresión directa sobre la herida con gasas o telas limpias, elevar el miembro afectado para intentar detener el sangrado, realizar un empaquetamiento con gasas y si la persona está entrenada utilizar torniquete proximal a la lesión hasta que llegue el sistema de emergencias.

- Es importante ayudar y llamar al sistema de emergencias para un traslado inmediato.

¿Cómo prevenir las infecciones?

Primero, lavar las manos con agua y jabón neutro o antiséptico y en lo posible utilizar material estéril (guantes, gasas, apósitos). Luego proceder a lavar la herida, solamente si la misma no sangra o después de haber controlado el sangrado (excepto en heridas profundas, penetrantes o perforantes donde se debe concurrir en forma inmediata a la asistencia médica).

¿Cómo se hace? Con un apósito, agua y jabón neutro o antiséptico se debe lavar alrededor de la herida y tirar el apósito una vez finalizado. Luego, con otro apósito, lavar la herida de adentro hacia afuera con movimientos circulares. Por último enjuagar con agua limpia o con solución fisiológica. Si se posee algún antiséptico se pueden utilizarlos, secar, cubrir e ir a la consulta médica o realizar videollamada con el médico según el caso.

Algunas consideraciones especiales

-  En caso de sospecha de heridas profundas, penetrantes o perforantes, o ante la duda, consultar inmediatamente.

- Si presentó herida por mordedura, por aplastamiento, amputación, heridas cortantes, corto-punzantes o punzantes se debe controlar la hemorragia, lavar, cubrir y llevar a la consulta inmediatamente.

- En caso de herida con amputación, además de cubrir y comprimir la herida hasta tanto sea evaluado por un profesional médico, se debe tener el recaudo de envolver en un paño la parte amputada, colocarla dentro de una bolsa de plástico, luego colocarla en un recipiente con hielo (NO DIRECTAMENTE) y llevar conjuntamente con la persona lesionada al centro asistencial.

- En heridas abiertas en el tórax: las cuales se identifican porque se siente que “soplan” con los movimientos respiratorios; se debe ocluir la misma pero no completamente sino por tres de sus lados dejando uno de los cuatro lados abierto y llamar al sistema de emergencia médica.

- En heridas abiertas de la cavidad abdominal: no introducir las vísceras a la cavidad. Colocar un apósito o gasa o tela limpia y húmeda sobre la herida o un nylon estéril o limpio, evitar una mayor contaminación y llamar al sistema de emergencia médica.

- Si existiera un cuerpo extraño introducido en algún sector del cuerpo, no hay que extraerlo, sí fijarlo para que no se mueva hasta tanto llegue la asistencia médica.

En conclusión, si bien se mencionaron las recomendaciones para el manejo de heridas y el control de hemorragias en incidentes domésticos, debemos insistir y reafirmar que es fundamental trabajar en la prevención primaria estableciendo medidas de seguridad en los domicilios, especialmente para niños y adultos mayores, con la finalidad que estos acontecimientos no ocurran.