Los celos son una respuesta emocional que vivencia alguien cuando cree que su amado tiene sentimientos o prefiere a una tercera persona por sobre ella. Esta reacción emocional, si es patológica, suele ser intensa, ocupa gran parte del pensamiento, genera ansiedad, angustia, sensación de abandono y altera la vida de quien lo sufre y la de su pareja.
Estas ideas de engaño se imponen con tanta fuerza que no hay explicaciones ni pruebas que alcancen para disminuir el sufrimiento y la desconfianza. En la clásica obra de William Shakespeare, Otelo, su protagonista representa de forma magistral este tipo de celos patológicos que alteran la razón e, incluso, impiden advertir la verdad.
Los celos que se podrían considerar normales son aquellos que se presentan con muy poca frecuencia, no generan malestar importante, no son intrusivos y pueden disolverse a través de la racionalización y la comunicación con la pareja.
Aunque popularmente se dice que son indicativos del amor por alguien, "me cela porque me ama", esto no es así, es más, no tienen nada que ver con el amor verdadero, son una forma alterada del mismo.
Los celos son únicamente de la persona que los experimenta y están relacionados con su propio miedo a perder a alguien valorado que erróneamente cree que le pertenece.
Aunque son más visibles en los vínculos de pareja, también pueden aparecer en otras relaciones, como con amigos, hermanos, compañeros de trabajo, etc.
Este sentimiento incómodo tiene etiología en la propia inseguridad y la baja autoestima, por lo tanto tiene que ver con quien lo vivencia y no con la persona amada por la que se siente celos. Los que celan a su pareja, utilizan distintas estrategias para limitar la vida del otro, buscan achicar su mundo y tenerlo controlado, pueden someterlo a cuestionarios o indagaciones agobiantes, entre otros comportamientos dañinos. Este tipo de conducta termina poniendo en riesgo la relación.
El amor verdadero no es encadenar o restringir las posibilidades del otro, por el contrario, implica ayudarlo a ser libre, a que su vida se expanda y a que desarrolle todo su potencial, el amor, como todo otro vínculo de importancia, se basa en la confianza y esto es justamente de lo que carece el celoso.
Las personas estamos en gran medida condicionadas por nuestra historia, nuestros rasgos de personalidad se definen en la infancia, durante éste período de gran desarrollo y aprendizaje las figuras más importantes son los padres. Este vínculo esencial tiene gran incidencia en el establecimiento de la autoestima y el sentimiento de seguridad.
Como cualquier otro sentimiento del ser humano, no es recomendable ignorar los celos o tratar de suprimirlos. Para superar este problema lo primero es aceptarlo, luego hablarlo con las personas más cercanas y queridas, tratar de indagar interiormente para descubrir de dónde viene esa inseguridad y, eventualmente, pedir ayuda a un profesional para trabajar la propia historia y desanudar aquellos conflictos que no permiten amar sanamente.
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