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Vie, Mar

Sexualidad y rutina: ¿cómo lograr una salud sexual plena?

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En la intimidad cada vez es más difícil lograr la conexión tiempo, espacio y ganas. Disfunciones sexuales y el ritmo de vida agitado que no facilita el tiempo necesario para dedicarse al erotismo, al amor y a la pareja son una de las problemáticas. Un cuadro complejo que también abarca la diversidad de los derechos sexuales y reproductivos. La Dra. María Laura Martínez, especialista en Ginecología de DIM CENTROS DE SALUD explica cómo lograr una vida sexual saludable.

 

 La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud sexual como "un estado de bienestar físico, mental y social en relación con la sexualidad. Requiere un enfoque positivo y respetuoso de la sexualidad y de las relaciones sexuales, así como la posibilidad de tener experiencias sexuales placenteras y seguras, libres de toda coacción, discriminación y violencia". En tal sentido, hablar de sexualidad implica tratar aspectos como el sexo, la identidad de género, el erotismo, el placer, la reproducción y la intimidad. Se expresa en pensamientos, valores, creencias, deseos, actitudes, roles y prácticas. 

Justamente, los derechos sexuales y reproductivos son parte de los derechos humanos básicos. Son tan fundamentales como el derecho a la vida, a la salud y a la libertad.

Cuando hablamos de derechos sexuales es poder decidir cuándo, cómo y con quién tener relaciones sexuales, a vivir la sexualidad sin presiones ni violencia, a que se respete la orientación sexual y la identidad de género sin discriminación, a acceder a información sobre cómo cuidarse, y disfrutar del cuerpo y de la intimidad con otras personas. Todas las personas tenemos derecho a disfrutar de una vida sexual elegida libremente, sin violencia, riesgos ni discriminación. 

Por su parte, los derechos reproductivos tienen que ver con la decisión autónoma y sin discriminación si tener o no tener hijas/os, con quién, cuántos y cada cuánto tiempo. También son derechos recibir información sobre los diferentes métodos anticonceptivos y el acceso gratuito al método elegido. 

Enfermedades de transmisión sexual

En los últimos años aumentaron las consultas por disfunciones sexuales, principalmente en nuestro país, debido al estrés y a los vaivenes económicos y sociales a los que se ve sometida la sociedad. Pero, además, el estilo de vida occidental - cargado de permanentes estímulos - no facilita el dedicarse al erotismo, al amor y a la pareja.

Es importante favorecer estos momentos y potenciar hábitos saludables, como dejar el tabaco o drogas y llevar una dieta adecuada con el espacio para el ocio. Es recomendable hacer actividad física como la natación o ejercicios de fuerza que producen una mejora emocional que promueve la libido.

Se sugiere también no realizar prácticas de riesgo utilizando métodos anticonceptivos, como el preservativo, para prevención de embarazos no planificados ni enfermedades de transmisión sexual.

Por otra parte, hoy siguen en auge las mismas enfermedades de transmisión sexual que hace 20 años: sífilis, HIV, hepatitis B/C y herpes como así también clamidia y gonococo, incluso mostrando aumento en la frecuencia de detección (sífilis). 

Los juguetes sexuales 

Hay una apertura mental a probar nuevas formas de placer de hecho, las personas pueden elegir utilizar juguetes sexuales porque es normal para ellos por muchas razones diferentes, pero, también es normal no utilizarlos. Para saber qué tipo de juguete sexual usar es recomendable asesorarse previamente sobre su correcto uso, riesgos, prevenciones, alergias, etc. Es importante usar juguetes de manera segura porque si se comparten entre personas pueden ser fuente de enfermedades de transmisión sexual. El mejor consejo es siempre ponerle preservativo e higienizar previa y totalmente los elementos a utilizar. 

Poliamor 

Hoy las formas de amor han excedido el binomio hombre-mujer y cada vez son más las parejas abiertas que eligen vivir su sexualidad compartiéndola con más de un integrante.  Consideran que la monogamia no es la única vía para mantener una relación sana y estable. Esta fórmula, que puede ser beneficiosa para algunos, no quiere decir que lo sea para todos. Lo importante desde el rol del ginecólogo es acompañar sin juzgar este tipo de decisiones haciendo hincapié en la prevención del embarazo no intencional y las enfermedades de transmisión sexual. 

Una salud sexual plena  

Tener relaciones sexuales sanas es poder conectar cuerpo y alma, respetándose mutuamente, practicándolo de modo seguro y con el consentimiento de todas las partes.

Una buena salud sexual requiere comunicación fluida, respeto, erotismo, sensualidad, amor, confianza, deseo y compartir códigos comunes. Desde un enfoque profesional, es muy importante mejorar la información sexual para profundizar nuestro autoconocimiento y favorecer el bienestar y el crecimiento erótico y sexual. La comunicación erótica es un potente afrodisíaco. 

Para más información:

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