Mujer deseante

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Tras siglos de una mujer sumisa, reprimida en su ser, en su expresión y en su deseo, con la llegada del siglo XXI, el surgimiento de la cultura de la visión, de la exposición, donde todo es mostrado y comentado, desde las conductas, mediante los medios de comunicación, la arquitectura de vidrio, donde todo se dispone para ser visto, en donde conviven diferentes líneas de pensamiento, formas de vida propulsadas por la globalización e internet; nace una mujer deseante, que se muestra, que va por lo que quiere, impulsada por la energía masculina que en ella vive.

 Esta mujer exigida por el entorno, por la publicidad, a “vivir una sexualidad plena”, puede ser ella la que invite al hombre a la cama, y luego vaya al encuentro de otro, y cuente sus hazañas sexuales a sus amigas.

Es un fenómeno frecuente en mujeres de entre 30 y 40 años, que tras haberse divorciado o separado, viven con desenfreno explotando su cuerpo, buscando alcanzar encuentros sexuales más apasionados.

En el mayor porcentaje son mujeres, que llevan su hogar adelante, que tienen hijos a los que cuidan y sostienen económica y moralmente, pero a su vez dan lugar a la mujer que vive en ellas. Lo cual es maravilloso, a mi modo de ver, luego de tanta opresión, censura e hipocresía trasmitida, principalmente, desde las mismísimas mujeres, juzgando a quien se mostraba, elegía, en resumidas cuentas, a la mujer que se atrevía a desear y vivir su deseo.

Al parecer, la humanidad aprende a conocer el punto justo balanceándose primero de extremo a extremo.

Ahora nos encontramos con que nunca en la historia hubo tantas personas que viven solas, que están sin pareja. Que el trabajo, el ritmo acelerado y la rapidez de la comunicación tienen como defecto dar poco espacio al encuentro, a la mirada profunda, a la voz, a la palabra.

Así llegamos a estos “momentos” efímeros, en busca únicamente de placer sexual.

Y es aquí que me pregunto si el sexo es una de las mejores cosas que tiene la vida y si la promiscuidad acerca a estas mujeres a lo que buscan. Pero ¿qué es lo que buscan en realidad?

Escucho a diario historias de mujeres, y cuando les pregunto, en el fondo, todas buscan amor, conocer un compañero con quien compartir pero sin convivencia, cama afuera, las menos manifiestan formar una nueva familia, tener más hijos o tenerlos, en el caso que aún no los tengan.

No se sienten plenas con esta conducta, es una mera descarga que no les devuelve el afecto que andan buscando y que termina muy rápido.

El porcentaje que consigue su objetivo, lo hace luego de un momento de soledad y paz, cuando logran sentirse bien con ellas mismas, cuando sus hijos están más grandes. O sea cuando ya oscilaron hacia ambos extremos y se descubrieron en su interior.

De una mujer, para todas las mujeres en nuestra inmensa tarea, de ser bellas, madres y profesionales: Feliz día a todas las madres!