Estamos a poco tiempo de finalizar el año y para esta época uno de los puntos claves es hacer un balance y en él, ver también, si hemos disfrutado lo suficiente y tenido momentos de placer. Seguramente, aquí va a entrar en juego la vida sexual, en donde esos sentimientos tienen un rol principal.
Pero debido a las corridas, el agotamiento, el tiempo corto y los imprevistos de la vida diaria, no siempre pueden ser vivenciados porque se va creando una barrera entre la mente y el cuerpo y como forma de supervivencia, se va perdiendo nuestra percepción corporal.
Es frecuente que ésto se vea en lo cotidiano, cuando te das cuenta de que algo te duele por haberte esforzado demasiado, por agotamiento físico o porque adoptás una posición incómoda, entre tantos posibles ejemplos.
En la cama, uno de los signos puede ser cuando en la comunicación de pareja él te marca suavemente con la mano que te toques en otra parte del cuerpo o que lo hagas de otra manera, como propuesta de cambio, y vos no te animás. Porque en lo personal, no podés detectar qué es lo que te gusta, de qué manera, y te es difícil relajarte y explorar. Suele pasar esto, pero en casos extremos, hasta se puede llegar a no reconocer ninguna sensación, lo que se convertiría en algo preocupante.
Para mejorar la percepción corporal, recomiendo dos ejercicios físicos conscientes y prestar atención a la ejecución mientras se realizan, por ejemplo caminar concentrando la atención en cómo lo hacés, en cómo movés el pie, en el cambio de equilibrio, en las articulaciones, etc.
Mientras te bañás, en lugar de hacerlo de forma mecánica sin pensar, observá cómo te pasás la esponja, pasate la mano y fijate la diferencia, la forma de tu cuerpo y la tonicidad muscular.
Estos dos simples ejercicios van a ayudarte a aumentar tu percepción corporal que a su vez, te ayudarán a poder sentir mayor placer sexual. No perdés nada en ponerlos en práctica, todo lo contrario. Ganás… y mucho!!!