Mucho se habla y se escucha sobre el sexo, pero aún persisten ciertos miedos y tabúes sobre explorar nuestro cuerpo, especialmente si se trata del disfrute femenino. La propuesta de este Día Internacional del Orgamo Femenino (8 de agosto), es crear conciencia sobre la sexualidad de las mujeres y ayudarlas a que puedan liberarse de estereotipos y prejuicios.
¿Por qué se celebra este día? Esta fecha tiene su origen en Brasil, en el año 2006, cuando el concejal de Esperantina, José Arimateia Dantas Lacerda, se interesó por un estudio llevado a cabo en la Universidad Federal de Piauí que concluía que el 28% de las mujeres de esa región no eran capaces de llegar al orgasmo. El concejal concluyó que estos resultados demostraban una problemática grave de salud pública y decidió impulsar una ordenanza que abogara por el placer de las mujeres. Con el tiempo y, gracias sobre todo a las redes sociales, el Día Internacional del Orgasmo Femenino se popularizó y actualmente es una fecha que se celebra en todo el mundo.
La Dra. María Laura Martínez (MN: 98033 / MP: 225443), especialista en Ginecología de DIM CENTROS DE SALUD, comparte algunos aspectos clave para potenciar el disfrute. “El orgasmo es la liberación repentina de la tensión sexual. También conocido como clímax, es un momento de placer sexual intenso y súbito, que tiene múltiples beneficios para la salud debido a las hormonas y otros químicos que el cuerpo libera durante el proceso”.
Existen dos tipos de orgasmos: los genitales (vaginal y clitoridiano) y no genitales (ano, boca, pezones); pero “también es el cerebro el que comanda cada parte del cuerpo y logra, en perfecta conjunción, este esperado estallido emocional que tanto placer representa para la mujer.”
El orgasmo se va creando, se llega a través de la excitación y tiene un período llamado refractario, en el cual el cuerpo descansa.
Un orgasmo se siente y cuando ocurre se sabe porque produce cambios como el aumento de la frecuencia cardiaca, rubor en las mejillas, contracción de los músculos de la pelvis, aumento de la lubricación vaginal y posteriormente da paso a la meseta.
Para alcanzarlo, no existe una edad ideal, además no todos los orgasmos son iguales, incluso en la misma persona. Pueden contener o no contracciones del suelo pélvico, placer intenso, experiencia emocional, aumento de la sensibilidad genital u otros cambios, como los vaivenes hormonales de la menopausia o la adultez, pero no por eso dejan de existir o no ser plenamente satisfactorios.
No hace falta llegar y estimular el punto G para lograrlo, hay vías más sencillas y que se estimulan durante la relación, como el clítoris, que, de hecho, tiene una única función y es el placer sexual. Es importante la exploración para encontrar las zonas que dan más placer.
El orgasmo y su impacto en el bienestar general
La experiencia de un orgasmo tiene un efecto positivo sobre el bienestar general que redunda en una mejor salud (disminución de la morbilidad) del individuo.
A su vez, mejora el sistema inmune y se cree que aumentan la cantidad de anticuerpos en nuestro organismo, por lo que sirven para combatir infecciones y resfriados.
Son excelentes reductores del estrés, queman calorías y logran cambiar el humor. Son perfectos somníferos, alivian el dolor y mejoran la salud del corazón y la emocional y hasta rejuvenecen la piel al aumentar la circulación sanguínea.