En los tiempos que corren, donde confiar en una misma es una necesidad imperiosa para salir adelante, resulta claro saber diferenciar entre lo que podemos hacer y lo que no. No poder con todo está bien. Howard Gardner, psicólogo e investigador norteamericano, habló de ello cuando se refirió a los distintos tipos de inteligencias. En esta oportunidad, voy hablar de lo que denomino: autopercepción inteligente.
Tener la capacidad y la humildad para poder identificar en qué sí, en qué no se es buena y qué es necesario delegar, es fundamental para el crecimiento y desarrollo personal. Si se logran identificar cuáles son las áreas de fortaleza probablemente se les pueda sacar más provecho que si se las ignora. Del mismo modo, si se toma consciencia de las dificultades que se tienen, se va a poder delegar, pedir ayuda o dedicarles el tiempo que se necesita para superarlas.
En cualquier caso, siempre es necesario tomar consciencia de las capacidades y limitaciones. No está mal no poder con algo, el problema es cuando no se logra reconocerlo.
Por otro lado, la confianza personal no tiene que ver con creer que se sabe y se puede todo, por el contrario, no es prudente sobrevalorar las capacidades. En ese afán de ser super poderosas se corre el riesgo de asumir responsabilidades que no se pueden afrontar, con el perjuicio que eso conlleva.
A veces los daños son hacia una misma, otras veces, pueden ser hacia los demás. Lo importante es reconocer que identificar las limitaciones es importante para nosotras y para aquellos con quienes nos relacionamos.
El punto central es, por un lado, no temer afrontar las limitaciones personales y, por el otro, no dejar que ese temor o la falta de confianza anule las capacidades. No se trata de permitir que el miedo paralice siempre que aparezca, en algunas oportunidades solo se trata de identificar qué es lo que tiene para decir y, así, examinar.
El miedo como emoción básica, transmite un mensaje, una información, dice que hay algo que inquieta por algún motivo. Es erróneo creer que hay que ignorarlo o no hacerle caso. Lo que se debe hacer es ver qué información intenta dar para poder gestionar las propias aptitudes. Muchas veces el miedo viene a informar la falta de recursos frente a un acontecimiento, lo cual bien gestionado puede ser utilizado a favor.
Se trata de admitir que hay algunas cosas con las que sí se va a poder y otras que no o que llevarán un esfuerzo y un tiempo extra. Ni “Lo podemos todo”, ni “No podemos con nada”.
Para comprender mejor esto, es importante reflexionar sobre la importancia de ganar perspectiva y lograr accionar inteligentemente.