La iluminación, el color, la temperatura, la acústica y la disposición son solo algunos de los elementos que modulan el estado de ánimo de los individuos dentro de un espacio. ¿De qué formas el diseño interior puede condicionar las emociones?
La neuroarquitectura, una disciplina que fusiona la neurociencia con la arquitectura, ha emergido como una tendencia revolucionaria en el diseño de espacios. Al explorar la intersección entre el cerebro humano y el entorno construido, esta innovadora práctica busca comprender cómo los espacios físicos influyen en las emociones y comportamiento del ser humano. Estudios revelaron la profunda conexión entre el ambiente y el bienestar psicológico de las personas.
Bajo este contexto, en los últimos años, el creciente interés en la salud mental y el bienestar ha catapultado a la neuroarquitectura a la vanguardia del diseño, impulsando una demanda cada vez mayor por espacios que promuevan la felicidad y la productividad.
El entorno construido, ya sea en el hogar, lugar de trabajo o escuela, ejerce una influencia significativa en el bienestar humano. Los espacios son capaces de proporcionar estímulos sensoriales que son procesados por el cerebro, desencadenando diferentes tipos de respuestas emocionales y fisiológicas. La iluminación, el color, la temperatura, la acústica y la disposición del espacio son solo algunos de los elementos que pueden modular el estado de ánimo o afectar la capacidad de concentración de las personas.
"Diversos estudios han demostrado que los hospitales diseñados con elementos naturales, como luz solar y vistas al exterior, pueden contribuir al proceso de recuperación de los pacientes. Del mismo modo, las oficinas con espacios abiertos y flexibles pueden fomentar la productividad y la colaboración, mientras que las aulas con iluminación adecuada y colores cálidos pueden mejorar la creatividad y por ende el rendimiento académico. Asimismo, en el hogar, la elección de colores suaves y texturas naturales puede crear un ambiente relajante," afirmó Fernando Pavon, Jefe de Arquitectura Comercial de Familia Bercomat.
Un entorno diseñado con principios neuro arquitectónicos tiene múltiples beneficios, a continuación se comparten algunos de estos:
-Ayuda a reducir los niveles de estrés.
-Mejora el estado de ánimo.
-Fomenta una mayor sensación de bienestar.
-Potencia la creatividad, la concentración y la productividad del ser humano.
-Incentiva la interacción social al crear espacios para disfrutar.
"Implementar la neuroarquitectura en el hogar o la oficina es más sencillo de lo que parece y puede tener un impacto significativo en la salud mental de las personas. En el hogar, se puede empezar por utilizar colores suaves y naturales que promuevan la calma, tonos azules y algunos verdes intermedios pueden ayudar en las tareas que requieren creatividad. Maximizar también la entrada de luz natural puede generar una sensación de apertura, lo cual alivia el estrés que genera estar en lugares cerrados. En la oficina, el uso de plantas y materiales naturales puede crear un ambiente más relajante y acogedor. Además, la distribución del mobiliario que facilite el movimiento y la interacción social es clave para crear un entorno que favorezca el bienestar," añadieron desde Familia Bercomat.
La neuroarquitectura representa un cambio de paradigma en la forma en que se conciben y diseñan los espacios. Al comprender cómo el entorno construido influye en el cerebro y el cuerpo, se podrán crear espacios que permitan vivir de manera más saludable, feliz y productiva.
Lejos de ser una tendencia pasajera, esta tendencia arquitectónica se puede convertir en una práctica fundamental para el bienestar integral de las personas, con un impacto duradero en la forma en que viven y experimentan los espacios.