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Lun, Mar

Corazón roto o Síndrome de Takotsubo: la manifestación de las emociones fuertes

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El 14 de febrero se habla mucho de amor pero también de corazones rotos. Además de una figura poética, es una miocardiopatía real en la que las emociones fuertes juegan un rol determinante en su aparición.

 

 

 "El síndrome de Takotsubo o síndrome del corazón roto es una enfermedad en la que se produce un deterioro en la función del músculo cardíaco y se relaciona con una situación de estrés (generalmente emocional) previo al inicio de los síntomas. Se presenta de manera muy similar a un infarto, típicamente con dolor de pecho o falta de aire de inicio súbito", explica el cardiólogo Martín Fasan (MN 166598), del staff de Cardiología del ICBA Instituto Cardiovascular.

 

En comparación con el infarto, es una enfermedad menos frecuente. Habitualmente aparece en pacientes mayores de 50 años, con una tendencia llamativa: cerca del 90% de los casos se da en mujeres. "Se cree que la causa de esta enfermedad está dada por la descarga de hormonas del estrés, como la adrenalina, que producen daño en el corazón. Generalmente este daño que se produce es reversible y el pronóstico suele ser bueno, pero existen casos más graves que cursan con insuficiencia cardíaca y que pueden comprometer la vida", precisa el experto.

 

El síndrome fue descrito por primera vez en los años 90 por el doctor Hikaru Sato y sucede cuando la función de contracción del músculo cardíaco se ve afectada por un aumento de la adrenalina en sangre, que puede estar relacionado a una situación de estrés emocional, físico o cualquier condición médica que aumente los niveles de esta hormona. 

 

"El factor emocional es clave. Situaciones como la muerte de un ser querido, una discusión intensa, una sorpresa abrumadora o, incluso, una alegría extrema pueden desencadenar el síndrome. Sin embargo hasta en un tercio de los casos no es posible reconocer un factor estresante", agrega el doctor Fasan. Entre los factores de riesgo asociados a la aparición de esta patología se encuentran también las enfermedades psiquiátricas.

 

Los síntomas del síndrome del corazón roto son muy parecidos a los de un infarto:  dolor de pecho, falta de aire y cambios en el electrocardiograma. Hay que consultar de inmediato cuando aparezcan estos signos para recibir atención médica a tiempo, obtener un diagnóstico adecuado y reducir el riesgo de complicaciones que puedan complicar el cuadro.

 

La principal diferencia con el infarto es que en el Takotsubo no hay obstrucción de las arterias coronarias. Además en el síndrome del corazón roto habitualmente la parte del músculo del corazón que se dilata y deja de contraerse es la punta y en algunos casos también los segmentos medios del ventrículo izquierdo. Esta falta de contracción se da en lugares del corazón irrigados por más de una arteria coronaria, es decir que el compromiso del músculo del corazón excede al territorio de una sola arteria coronaria", detalla el doctor Leonardo Seoane (MN 133620), jefe de Recuperación Cardiovascular y Coordinador de Cardiología Crítica del ICBA Instituto Cardiovascular.

 

El síndrome se manifiesta habitualmente como una insuficiencia cardíaca con dolor de pecho. En los casos más graves puede evolucionar hacia un shock cardiogénico, es decir una insuficiencia cardíaca grave en la cual el corazón no alcanza a satisfacer las necesidades del organismo. 

 

No existe un tratamiento específico para este síndrome. Lo que se realizan son medidas de sostén. En caso de insuficiencia cardíaca se trata como tal, con diuréticos, en algunos casos vasodilatadores y oxígeno. En los más graves (shock cardiogénico), se puede recurrir a drogas inotrópicas endovenosas, que son medicamentos que ayudan a contraer el corazón y subir la presión arterial. Se priorizan aquellas no derivadas de la adrenalina, ya que esta es la principal causante del síndrome. En general el cuadro es transitorio y luego de las medidas de sostén, los pacientes recuperan la función cardíaca y vuelven a su vida habitual, sin necesidad de cirugía.

 

Adoptar hábitos de vida saludable como comer sano, dormir bien y realizar actividad física; evitar situaciones de estrés, o contar con apoyo psicológico y cumplir con los controles médicos previstos para cada etapa de la vida, son los pasos fundamentales para prevenir este tipo de patologías.