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Mié, Abr

Cáncer de cuello uterino: prevención y concientización en su día mundial

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El cáncer de cuello uterino (cérvix) es uno de los más frecuentes en mujeres en todo el mundo. En la Argentina es el tercero con mayor incidencia y representa la principal causa de muerte por tumores ginecológicos después del cáncer de mama. La desinformación, sumada a la desigualdad e inequidad en el acceso a los métodos de control, agrava el impacto de una enfermedad que podría evitarse.

 

 "Se trata de un importante problema de salud pública a nivel mundial y especialmente en países en vía de desarrollo donde ocurre cerca del 90% de las muertes por cáncer de cérvix. Esto se debe principalmente a la falta de disponibilidad y acceso a los métodos de screening y a la alta prevalencia de infección por el Virus del Papiloma Humano (VPH). Además, tiene un fuerte impacto social ya que afecta a mujeres jóvenes, en edad reproductiva, económicamente activas y en muchos casos sustento de familia", plantea la oncóloga clínica Ana Laura Mendaña (MN 135188), miembro del equipo de Ginecología Oncológica del Instituto Alexander Fleming (IAF).

En la mayoría de los casos no se presentan síntomas de la enfermedad o recién aparecen cuando el tumor llega a etapas avanzadas. Algunos de los que ocasionalmente pueden encontrarse son dolor pelviano o dolor y/o sangrado con las relaciones sexuales o posterior a las mismas, flujo vaginal anormal o sangrado vaginal inusual.

"El cáncer de cuello uterino es una enfermedad absolutamente prevenible mediante la vacunación contra el virus VPH y los controles ginecológicos con Papanicolau y el testeo de VPH en muestra cervical. Esto permite detectar lesiones muy pequeñas y en fases iniciales que, si se tratan adecuadamente, se puede evitar el desarrollo de un carcinoma invasor del cuello del útero. Por lo tanto, la falta de prevención primaria y secundaria son las principales razones por las que se siguen diagnosticando tantos casos de esta patología", explica la experta, en el marco del Día Mundial del Cáncer de Cuello Uterino, que se conmemora este 26 de marzo con el objetivo de difundir información de utilidad para reducir la incidencia de esta patología.

El rol del VPH y el riesgo de la desinformación

El principal factor de riesgo para el desarrollo del cáncer de cuello uterino es la infección persistente por las variantes de alto riesgo del VPH. Los subtipos 16 y 18 son los más frecuentes y están presentes en el 70% de los tumores de cérvix. Los subtipos 31, 33, 35, 45, 52 y 58, en tanto, causan el 20% de casos de carcinoma invasor y son detectados en el 30-40% de lesiones cervicouterinas de bajo y alto grado. 

El Virus del Papiloma Humano es un factor necesario, pero no determinante para el desarrollo del cáncer de cérvix. Aproximadamente el 10% de las mujeres con una infección por VPH desarrollan una persistente, que puede conducir potencialmente a la formación de lesiones precursoras de cáncer. 

Si bien se estima que el riesgo de contraer una infección por VPH durante la vida es de alrededor del 70-80%, la incidencia de cáncer de cuello uterino es mucho menor. Esto es así ya que el sistema inmunológico sería capaz de eliminar el VPH y prevenir la progresión al cáncer en aproximadamente el 90% de las infecciones. La no vacunación, el inicio precoz en las relaciones sexuales, la inmunodepresión serían factores que favorecen la persistencia de la infección con el virus y el desarrollo del cáncer.

Los cambios en la vacunación y el riesgo de la deserción

A lo largo de su vida sexual, se estima que cuatro de cada cinco argentinos van a entrar en contacto con alguna de las 100 variantes del virus del papiloma humano (VPH). La principal estrategia para prevenirlo es la vacunación. En la Argentina desde 2011 se aplica a todas las niñas de 11 años y en 2017 la cobertura se extendió también a los varones de la misma edad. Desde 2024, se aplica con una sola dosis (inicialmente eran dos). No requiere orden médica y es gratuita en todos los vacunatorios, hospitales públicos y centros de salud del país. 

El objetivo de la vacunación es reducir la cantidad de portadores del virus y así bajar la incidencia del cáncer de cuello uterino.  

"El beneficio con la vacunación es mayor cuando se da antes de los 16 años, pero sigue siendo beneficiosa a mayor edad. En nuestro país disponemos de la vacuna nonavalente que incluye a los subtipos 6, 11, 16, 18, 31, 33, 45, 52 y 58 del VPH", detalla la doctora Mendaña.

Controlar para prevenir y detectar a tiempo

Los controles y las estrategias de prevención son fundamentales para evitar el desarrollo del cáncer de cuello uterino o detectarlo en las etapas tempranas, cuando las chances de cura son mayores al 90 por ciento.

En la Argentina, se indica realizar la citología cervical mediante técnica de papanicolau (PAP) a partir de los 25 años, cada uno o dos años.  

En cuanto al tratamiento de la enfermedad, en los últimos años se han incorporado opciones muy efectivas como la inmunoterapia y se han mejorado las técnicas de radioterapia que permiten curar a más pacientes con menos efectos secundarios, sin deteriorar su calidad de vida.