En la menopausia el cuerpo atraviesa una serie de transformaciones tanto físicas como emocionales. La caída de estrógenos, los cambios en el sistema nervioso, la alteración del sueño y el aumento del estrés impactan en el rostro. Es común notar flacidez, arrugas, inflamación, sequedad, tono apagado y cambios en la estructura de la piel ya que pierde hidratación, elasticidad y respuesta. Estos cambios muchas veces afectan la autoestima, al evidenciar con más claridad el paso del tiempo.
El Yoga Facial es una herramienta poderosa para revitalizar tu rostro desde adentro. Los músculos del rostro también se entrenan. Cuando los activamos de forma consciente, estimulamos naturalmente la producción de colágeno y elastina, mejoramos la circulación sanguínea y linfática y favorecemos la eliminación de toxinas. Lo que mejora la textura de la piel, su tonicidad, y su capacidad de regenerarse.
Pero, además, muchas de estas posturas ayudan a liberar tensiones profundas en mandíbula, cuello y cráneo (zonas que cargan estrés y emociones) y a reducir los niveles de cortisol, una hormona que en exceso acelera el envejecimiento de la piel.
En la Medicina Tradicional China, la piel refleja el equilibrio interno de nuestros órganos. Durante la menopausia, se suele debilitar la energía Yin (que aporta hidratación, contención, descanso), y eso genera sequedad, inflamación y pérdida de luminosidad. Cuando trabajamos con posturas que activan músculos, puntos energéticos y zonas reflejas, también estamos regulando la energía de órganos como el hígado, bazo y riñones, fundamentales en esta etapa.
Mini rutina para revitalizar tu piel durante la menopausia
Activación linfática
1. Con hombros bajos y cuello relajado, llevá tu mano derecha a la clavícula izquierda. Con los dedos índice y mayor empezá a friccionar suave y energéticamente debajo y por encima de la clavícula. Hacé 10 fricciones. Y luego, repetí el mismo movimiento con la otra mano en la clavícula derecha. Es sumamente importante que en todo momento respires profundamente, sintiendo cómo el aire renueva y nutre cada célula del cuerpo y de tu mente, visualizando cómo tu organismo se libera de desechos y toxinas.
2. Ahora llevá las manos debajo de cada oreja, hacé 10 fricciones respirando profundamente, colocando la lengua sobre el paladar y elevando las comisuras de los labios.
Primera Postura:
Ideal para tonificar sienes, mejorar la circulación en el cráneo y equilibrar el sistema hormonal.
-Colocá las palmas sobre los temporales, cerca de la comisura externa de los ojos, los dedos abrazan la cabeza.
-Presioná hacia adentro, y en diagonal hacia atrás y arriba.
-Cerrá los ojos con fuerza para generar resistencia.
-Mantené 30 segundos. Repetí 3 veces.
Segunda Postura:
Ayuda a descongestionar, aliviar la ansiedad y oxigenar el rostro.
-Palma de una mano sobre la frente, cubriendo también las cejas.
-Presioná la frente hacia arriba con la mano, mientras intentás llevar la frente y la mirada hacia abajo.
-Sentí la resistencia. Mantené 30 segundos. Repetí 3 veces.
Activá Yin Tang (entrecejo)
Localizás Yin Tang justo en el centro del entrecejo. Masajeá o presioná suavemente este punto por 2 minutos. Te ayudará a calmar el sistema nervioso, mejorar el sueño y reducir la ansiedad.
La clave está en la constancia. Te invito a incorporar esta rutina facial cada día, para que vos y tu piel empiecen a sentir la diferencia.
Y además de seguir estas prácticas de yoga facial tenés que hidratarte con agua templada de a sorbitos durante todo el día, evitar limpiezas abrasivas o productos con siliconas y conservantes fuertes, elegir cosmética noble, consciente y respetuosa de la piel y del sistema hormonal y escuchar tu piel.