Las hornacinas se han convertido en elementos decorativos y funcionales adaptables a todos los ambientes del hogar. Es un hueco en forma de arco que se hace en una pared o un muro, para colocar un objeto decorativo o de culto.
Son una gran solución para proteger, exponer, ocultar, camuflar y ordenar. Además, pueden crear nuevas perspectivas visuales para destacar un rincón dentro del espacio.
Si de casas nuevas se trata, las hornacinas deberán ser proyectadas desde el día 0, dado que es fundamental considerar que están dentro de los muros. Pero, si queremos sumarlas a edificaciones existentes, deberán estudiarse las paredes, para definir la viabilidad de empotrar las hornacinas y ganarle la profundidad al muro.
El grosor y la consistencia de las paredes es fundamental. Una hornacina necesita, entre 15 y 20 centímetros de profundidad, dependiendo de la función que vaya a tener. Por lo tanto, se requerirá de una pared de entre 30 y 40 cm de grosor.
Para quienes no pueden o quieren intervenir las paredes ya construidas, se puede crear falsos muros de madera, y así recuperar el espacio entre el entarimado existente y la nueva pared.
Los baños son los ambientes en los que habitualmente se las incorporan, dado que resultan cruciales para alojar los elementos de cuidado personal en el espacio de aguas, sin tener que recurrir a elementos extras que no contribuyan desde lo funcional y estético.
Una vez elegida la pared se define la hornacina. Tamaño y diseño. Puede tener arco como no, pueden tener más de un agujero, si queremos por ejemplo simular una biblioteca con espacio para adornos, tv y libros.
En general estos agujeros tienden a ser fríos, porque suelen capitalizarse las materialidades habituales de los muros. Entonces revestirlos con madera o simplemente agregar estantes de espesores robustos del noble material puede sumar mucho.
Cetol, marca líder en el cuidado y protección de la madera del grupo AkzoNobel, acerca 3 tips a tener en cuenta para sumar madera y garantizar su durabilidad:
-Estantes: robustos y de maderas protagonistas. Con vetas pronunciadas y tonos que contrasten con el fondo de la hornacina. Protección: Belleza Natural, la solución que respeta el color de la madera y aporta un acabado mate. O bien Cetol Parquet Balance, si se trata de superficies de mucha fricción, dada por el uso.
-Machimbre: un revestimiento ideal para cubrir grandes hornacinas, incluso el gran elegido para empotrar los Mudrooms. Cetol Classic Vintage puede ser un aliado para los que prefieren el blanco pero desean la calidez de la madera.
-Hornacinas simuladas: la versatilidad de la madera, hace que puedas tener tu hornacina sin perforar la pared. Con la tabiquería correspondiente y revistiendo la superficie con madera, se puede crear una falsa pared con su correspondiente hornacina. En estos casos se sugiere proteger con Cetol Classic Balance que viene en 6 colores y 2 terminaciones, para todos los gustos y necesidades.
“La madera casi todo lo puede. Su capacidad innegable de adaptarse a todas las necesidades y su inigualable calidez, la convierten en el material que nunca pasa de moda. Las hornacinas necesitan de la madera, porque claramente le aportan esa distinción que solo ella puede lograr, incluso sumando funcionalidad y bienestar. Su protección es crucial para no perder los metros ganados,” destaca la Arquitecta Viviana Insaurralde, especialista en Marketing para la línea Woodcare AkzoNobel en Sudamérica.