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Sáb, May

¿Cómo interactuar con tu bebé desde el nacimiento hasta los 3 meses?

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Tu bebé estará acostado la mayor parte del tiempo en su cuna, excepto cuando esté llorando. Entonces, ¿cómo podés relacionarte con él y pasarlo bien?

La mejor manera de divertirlo es captar sus sentidos: el tacto, la vista (recordá que tu bebé es aún muy corto de vista), el olfato y el oído (por ahora dejemos a un lado el gusto). Al final de sus primeros tres meses, podrá extender los brazos y tratar de agarrar objetos y quedará fascinado por los sonidos, los olores y las formas.

Puede que tu recién nacido tarde varios segundos en responderte o tal vez no llegue a reaccionar demasiado. Tené paciencia: quizás necesites seguir intentándolo o esperar un rato hasta que esté listo para atender y responder.

Hora de bailar

Cuando tu bebé se pone de mal humor, intentá bailar con él, poné música y cargalo en tus brazos, hacé movimientos suaves, balanceándose de lado a lado o movelo de arriba a abajo. (Siempre debés asegurarte de sostener bien su cuello y no sacudir a tu pequeño).  

Los movimientos triviales y exagerados, como el de llevar el ritmo con las manos o mover tu cola, le resultan particularmente graciosos a los bebés.

Echemos un vistazo a las cosas de la casa

Las primeras etapas de juego con tu bebé consistirán principalmente en mostrarle cosas. Cualquier objeto de la casa que no ponga a tu bebé en peligro o que pueda lastimarlo, es un buen juego. Los bebés adoran las cucharas, los batidores manuales de alambre, las espátulas, los libros y las revistas con ilustraciones, los envases de champús o acondicionadores (¡no dejes solo a tu bebé con estas cosas!), los discos compactos, las telas y ropas de colores, las frutas y verduras, y muchas cosas más.

Traete una pequeña colección de estos objetos y sentate junto a tu bebé. Sabrás que los disfruta por su manera de quedarse quieto y atento.

Cuando sacás un libro favorito, por lo general no prestará atención a la totalidad del cuento, pero adora mirarlos y acurrucarse junto a ti.

Viaje al armario de mamá

Sumergite en el armario y mostrale a tu bebé tu suéter de lana, tus jeans favoritos de suave algodón, tu brillante falda roja, etc. Desplegá sobre su cara, manos y pies, las telas suaves o sedosas. Extendé sobre el piso algunas de tus prendas y colocá a tu hijo encima de ellas.

En unos pocos meses, tu pequeño querrá poner sus manos sobre cualquier prenda bordada, adornada, o que, por cualquier otra razón, llame su atención. Pero por ahora, seguramente se conforme sólo con contemplarlas maravillado.

¡Uy! ¿Qué hay sobre mi cabeza?

Te asombrarás al descubrir cuánta diversión podés lograr con las cosas más simples de tu casa. Te mostramos tres ideas para que puedas comenzar:

Atá o pegá con cinta adhesiva en una cuchara de madera algunos recortes de tela, listones u otro tipo de cintas que llamen la atención y movelos delicadamente por encima y por delante de la cara de tu bebé.

Tomá una bufanda liviana y arrojala al aire, de manera que caiga suavemente sobre su cabeza.

Atá un juguete a un hilo elástico y hacé que rebote hacia arriba y hacia abajo delante de su cara, diciendo "¡Boing! ¡Boing!" cada vez que vaya para abajo.

Recordá no dejar nunca solo a tu bebé con cordones o cintas que puedan enroscarse en su cuello o que tu pequeño pueda llevarse a la boca.

La diva que llevas dentro tuyo

Es el momento de cantar a todo volumen, así que dejá que salga esa diva de ópera que hay dentro tuyo. Seguramente a tu hijo le guste absolutamente todo lo que cantes, pero hay algunos clásicos que deberías conocer. A la mayoría de los niños les gustan las canciones que tengan movimientos.

Tratá de cantar una canción en un tono bajo y suave de voz y luego en un tono alto y agudo, para ver cuál consigue la mejor reacción. Susurrale al oído, o usá un títere de mano (o una servilleta o una media dispuestas a cumplir el rol de un títere de mano).

Probá estos consejitos y disfrutá de los momentos más maravillosos junto a tu bebé.