La verdad es que hoy para renovar nuestra imagen necesitamos estar atentas a las tendencias y, al mismo tiempo, desprendernos de aquellas costumbres que ya llevan más de una década con nosotras.
¿Cómo identificar lo que “no” es moda y lo que es parte de mí?
El estado del tiempo tiene una gran influencia cada mañana, al elegir los equipos. Por eso, el jean es la opción más placentera, fácil y tentadora que, sin darnos cuenta, nos lleva una y otra vez a la zona de confort de nuestra imagen.
Las prendas de este invierno que nos dan la posibilidad de adaptar el look deportivo a la vida urbana son los pantalones de punto, las camperas bomber (campera corta con puños y cintura elastizada) y las zapatillas. Si bien no soy una amante de este nuevo código de vestimenta, reconozco que muchas de nosotras lo adoptaremos por su doble finalidad: tener confort y estar a la moda.
Quizás es el momento donde salimos a hacer compras equivocadas porque creemos que una prenda nueva nos soluciona la situación. ¿Qué sucede si transformamos el aburrimiento en nuevas oportunidades?
Esta creencia se ve claramente, cuando analizamos nuestras compras o el guardarropa: allí solo encontramos prendas llamativas, con escotes muy pronunciados y texturas adherentes. Pareciera que esta imagen provocativa asegura un mayor éxito y mejores posibilidades de conquista.
La realidad es otra.
